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Estos días, la excelente película 'Cónclave' está batiendo récords de visualizaciones por motivos obvios. Pero el filme protagonizado por Ralph Fiennes no es el único que retrata ese momento crucial del «extra omnes», el fuera todos que deja a los cardenales a solas en la Capilla Sixtina de Roma para elegir al nuevo Papa. Entre esos títulos destaca una reciente serie de Netflix que encontró el Vaticano sin salir de Málaga. Incluído ese exclusivo y famoso recinto pintado por Miguel Ángel, aunque los escenarios que aparecían en imágenes llevaban la firma de otro indispensable artista del barroco español, el escultor Pedro de Mena. La serie en cuestión se titula 'La monja guerrera' (2020), cuya primera temporada tomó la provincia como decorado principal de esta historia juvenil que mezclaba fantasía y religión con un argumento de superheroínas, espíritus y monstruos malignos al ritmo de una banda sonora de la mismísima Rosalía.
La producción de Netflix, las más cara rodada en su momento en Málaga con un presupuesto de unos 15 millones de euros, optó por aprovechar al máximo los escenarios malagueños y puso sus ojos de la Catedral de Málaga para rodar la escena cumbre de la elección del Papa, al que aspira un cardenal algo oscuro interpretado por el portugués Joaquim de Almeida ('Desperado'). Para esa escena se eligió un espacio emblemático del templo malagueño, el coro, con uno de los conjuntos escultóricos más sobresalientes del barroco del siglo XVII. En esa sillería se situaron los prelados de ficción en la escena de la votación -se puede ver el momento en el vídeo-, en la que las tomas malagueñas se mezclaban con panorámicas de los frescos vaticanos de Miguel Ángel y el montaje obraba la magia de la ficción.
El artífice de este rodaje fue la productora de 'service' malagueña Fresco Film que, tras conseguir rodar en España las sucesivas temporadas de 'Juego de Tronos', ya podía con cualquier desafío de guion: incluso convertir la capital de la Costa del Sol en el Vaticano. Todo un reto que incluyó convencer al obispado para meter las cámaras en la Catedral, como explicó en su momento (2019) el productor ejecutivo Peter Welter, ya que hacía 16 años que la Manquita no se abría a una producción internacional, desde que en 2003 recibió a los actores Robert de Niro, Harvey Keitel, Gabriel Byrne y Kathy Bates para la película internacional 'El puente de San Luis Rey'.
«Lo bueno de la provincia de Málaga es que tenemos muchos escenarios diferentes a poca distancia, lo que nos permite reducir el tiempo de rodaje y, por lo tanto, los costes», explicaba entonces el productor de Fresco Film, una de las principales compañías de 'service' de España que el año pasado fue adquirida por el grupo Mediapro. Así, el rodaje de 'La monja guerrera' no solo usó la Catedral para una de las escenas cumbres de la serie, sino que también convirtió el Museo de Málaga en parte de Roma con numerosos miembros de la Guardia Suiza dando ambientación vaticana a las escenas protagonizadas en la pinacoteca por la protagonista: la novicia de armas tomar encarnada por Alba Baptista ('El viaje a París de la señora Harris').
Ese mapa de localizaciones en un espacio reducido también incluyó la Real Colegiata de Santa María la Mayor de Antequera, donde se ambientó el cuartel general de entrenamiento de las monjas guerreras y se rodaron numerosas escenas. Un templo que comenzó a erigirse en 1514 y que fue de los primeros proyectos renacentistas de España gracias, paradójicamente, a la intercesión de un Papa, Julio II, que otorgó la bula para su construcción. Sin saber que cinco siglos después serviría para rodar una serie de ambientación vaticana.
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