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Eugenio Chicano, en su estudio en la calle Victoria de la capital.

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Eugenio Chicano, en su estudio en la calle Victoria de la capital. Ñito Salas

Muere Eugenio Chicano, baluarte pop de la vanguardia artística malagueña

Pintor y agitador cultural, fue el encargado de poner en marcha la Casa Natal de Picasso y capitaneó la reclamación de la Aduana como museo

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Martes, 19 de noviembre 2019, 10:54

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Cada mañana abandonaba la casa que había mandado construir junto a Mariluz Reguero frente al Restaurante Nerva para bajar andando Cristo de la Epidemia, la plaza de los monos y la calle Victoria hasta llegar a su estudio, un último piso con terraza cuajado de pinceles, pinturas, discos y recuerdos. El trayecto era corto, pero la tardanza venía más dada por la cantidad de amigos y vecinos que le salían al paso que por las «goteras» de la edad, apuntaladas por su bastón de patriarca que ahora deja huérfano al arte hecho en Málaga durante el último medio siglo. Eugenio Chicano, baluarte pop de la vanguardia artística malagueña, activista y gestor indispensable en el tránsito hacia la modernidad de la Málaga cultural, ha fallecido este martes a los 83 años. Nada más conocerse la noticia, el Ayuntamiento de Málaga ha decretado dos días de luto oficial y ha colocado las banderas del Consistorio a media asta.

La figura de Chicano resulta imprescindible para comprender no sólo la evolución de la plástica malagueña desde mediados del siglo XX hasta la actualidad, sino también para tomar el pulso a la transformación cultural experimentada por la ciudad en este tiempo. Porque muy pocos artistas como Chicano han unido en un lazo tan estrecho el arte y su ciudad natal desde el activismo cultural y una obra capaz de conjugar la tradición y la vanguardia hasta hacer convivir la herencia pop con la Semana Santa, la transgresión formal con el cante jondo, el influjo de la modernidad y los paisajes andaluces.

Esa unión indisociable de Chicano con su tierra cuajó en su compromiso con la cultura local desde muy joven. Con apenas veinte años participa en colectivos como la Peña Montmartre y el Grupo Picasso que desembocarían en aquella 'Generación del 50' compuesta por autores como Enrique Brinkmann, Francisco Peinado, Manuel Barbadillo, Jorge Lindell, Gabriel Alberca, Elena Laverón, Dámaso Ruano y el propio Chicano, que transformaron desde los cimientos el arte hecho en Málaga para traer nuevos aires de modernidad.

Chicano también surge en el nacimiento del Ateneo de Málaga y, tres décadas más tarde, después de su periplo italiano, regresaría a su ciudad para ponerse de nuevo al frente de un proyecto transformador y capitanear la creación de la Fundación Picasso-Museo Casa Natal allá por 1988, tras recibir el encargo del entonces alcalde Pedro Aparicio. El artista fue hasta 1999 el primer director de la institución municipal, cuyo papel fue crucial en la recuperación de la figura de Picasso en su ciudad natal, desplegando una incansable labor de difusión de la vida y la obra del genio entre el público cercano.

Combinaría Chicano durante su amplia trayectoria el activismo cultural con una tarea creativa desbordante y así el artista nacido en la Nochebuena de 1935 en la calle Sánchez Pastor también se pondría al frente de la reivindicación 'La Aduana para Málaga'. Chicano fue el autor de la imagen de aquel movimiento cívico que reclamó el uso museístico del palacio y, con ese logro alcanzado, fue el primer presidente de la Fundación Aduana Museo de Málaga.

Banderas a media asta en el Ayuntamiento de Málaga en señal de duelo.
Banderas a media asta en el Ayuntamiento de Málaga en señal de duelo. Salvador Salas

Estudioso cabal del flamenco y los verdiales, conversador generoso y torrencial, Chicano conjugó en su vida y en su obra lo vernacular y lo universal. Ese deseo de salir, de ver mundo, le llevaría a mediados de los años 60 a emprender un largo viaje en coche con su compañero Enrique Brinkmann para llegar hasta Alemania. Luego seguiría por Holanda, Bélgica, Inglaterra, Francia e Italia, donde entablaría una estrecha amistad con el poeta Rafael Alberti. El mayo del 68 le llevaría hasta las calles de París y ese espíritu combativo y social permanecería en su obra hasta el final de sus días.

El periplo italiano

La Beca Picasso le abrió las puertas de Verona a principios de los años 70 y en la ciudad italiana permanecería una década y media. Llegaría en ese intervalo uno de los hitos de su carrera: su elección para representar a España en la Bienal de Venecia de 1982. Poco después recibiría Chicano el encargo de poner en marcha la Fundación Picasso-Museo Casa Natal y en uno de sus viajes para preparar el proyecto conocería a la gestora cultural Mariluz Reguero. «Con Picasso y Mariluz esperando en Málaga, Italia ya no tenía sentido», confesaría Chicano sobre su regreso a su tierra natal de la mano de la que ha sido su compañera de vida durante más de tres décadas.

Presente en las colecciones del Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York, el Louvre, el British Museum londinense y la Biblioteca Nacional, entre otras instituciones, la obra de Chicano conjugó la estética y la iconografía pop con referentes de su cultura autóctona hasta componer una seña de identidad plástica tan personal como reconocible. Un 'estilo Chicano' que encontró una gran popularidad gracias a su faceta como cartelista, sobre todo vinculado al mundo cofrade malagueño..

Hijo Predilecto de Málaga, Medalla de Oro de la provincia y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Chicano llevó hasta su última propuesta su íntima comunión de lo popular y lo culto, de la crítica social y el intenso lirismo. Fue en las composiciones de 'Aguatintas por seguiriyas', aquella exposición vibrante vista en el Palacio Episcopal hace casi un año. Las obras habían sido fruto del «sortilegio de la pintura», como él mismo decía, una terapia que le había ayudado a salir de una larga convalecencia.

A esa magia, a su portentosa fuerza física y de carácter, se habían encomendado quienes le querían desde su ingreso hospitalario hace unos días. Pero esta vez no pudo ser. Ya no bajará Chicano cada mañana las calles del barrio de la Victoria para trabajar en su estudio hasta bien entrada la noche. Quedan su obra y su recuerdo.

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