Claudia Cardinale: rodaje con chanquetes en Málaga y el contrato que le impedía casarse
La actriz italiana acalló los rumores sobre su vida privada durante el rodaje de 'Mando perdido' con Alain Delon en el Mercado de Salamanca y el Castillo del Bil-Bil
Si la semana pasada se nos iba el rubiales Robert Redford, ahora los titulares despiden a otro mito de la gran pantalla, Claudia Cardinale. ... No hay actor de la época dorada que no pasase por Málaga en los 60 y la actriz italiana de origen tunecino tampoco fue una excepción. Un año antes de que Redford se alejara del mundanal ruido de Sunset Boulevard en una villa mijeña, la protagonista de 'Hasta que llegó su hora' levantó un revuelo a las puertas del Hotel Pez Espada de Torremolinos parecido a lo que se monta en el Málaga Palacio en cada festival de cine. Pero sin alfombra roja a sus pies. No le hacía falta, sus películas con Alain Delon y su reciente debut en Hollywood con Burt Lancaster le precedían y los reporteros se codeaban por una sonrisa y un retrato a las puertas del no menos legendario establecimiento hotelero.
Esta ilustre visita la conocí por mi padre, Eugenio Griñán, que fue uno de esos foteros malagueños que disparó a la estrella. Se metió hasta la 'cocina' del Pez Espada, le dijo «Claudia» y ella se volvió justo en el momento en el que recogía la llave de su suite. Ahí está la foto en glorioso blanco y negro, aunque ya por entonces el cine brillaba en technicolor. Al fondo de la instantánea, el recepcionista, uniforme impoluto, no puede apartar la mirada del rostro de la seductora Cardinale, con diadema en la cabeza y con unas oscurísimas gafas de sol redondeadas y pasta negra que no se quitó ni un momento. El glamour era ella.
La actriz llegó a la par de George Segal, que también tenía reserva junto a Anthony Quinn y Maurice Ronet. Para completar el reparto solo faltaba Alain Delon, la inolvidable pareja de Claudia Cardinale en 'Rocco y sus hermanos' y 'El gatopardo', que cambió el hotel por el anonimato de un chalet en Rancho Domingo de Benalmádena. Todos, ellos, componían la milicia de 'Mando perdido', una película bélica de Mark Robson ambientada en la época de la ocupación francesa de Argelia. La intérprete italiana, en pleno apogeo de su carrera, daba vida a una mujer valiente, una infiltrada, una espía argelina que se acababa enamorando del militar encarnado por Delon. Y viceversa.
A Málaga le correspondió el papel de Argelia, compartido con Almería. Con escenas memorables en el Mercado de Salamanca , donde Claudia y Alain se toman un café interrumpidos por una manifestación independentista, y en la playa del Castillo de Bil-Bil de Benalmádena, donde protagonizan un idilio en la orilla al estilo de 'De aquí a la eternidad'. El director norteamericano de 'Mando perdido' quiso rescatar la indudable química erótica de la pareja del 'Gatopardo', aunque, cuando sonaba «corten», cada uno hacía la vida por su cuenta. A Delon no se le veía. Todo lo contrario de Cardinale, que se retrataba en restaurantes y tablaos de la Costa del Sol.
En uno de ellos, la Taberna Gitana de Málaga, la abordó un periodista de 'Ideal' que quiso entrevistarla al asalto. El redactor se sorprendió doblemente. Ella le contestó en un perfecto español y accedió al vis a vis con una condición: «Pregunte, pero sin tocar temas privados». Cardinale, que ya había rodado con John Wayne en Madrid 'El fabuloso mundo del circo', confesaba que se lo pasaba «muy bien» en los tablaos y que en este último había disfrutado con el cantaor Antonio 'El Chaqueta' y su cuadro de bailaores, con los que hizo una foto en el escenario al terminar el espectáculo -¿dónde andará esa instantánea?-.
También contaba que, a esas alturas, ya había perdido la cuenta de las películas que había hecho porque había superado la veintena; que trabajaba 14 horas al día porque «además del rodaje, considero trabajo la gimnasia, maquillaje, estudios y repaso del guión», y que, aunque se cuidaba en lo gastronómico, no había podido resistirse a los «exquisitos» chanquetes. Como buen periodista, el entrevistador acabó saltándose los diques de la privacidad y acabó preguntando lo prohibido. Y ella, lejos de molestarse, contestó para dejar claro que era dueña de su destino:
-¿Es cierto que no se puede casar, por impedírselo su contrato con la productora?
-Es incierto tal impedimento. No existe tal cláusula. Yo podré casarme, cuando llegue el momento, con el hombre que elija mi corazón.
-¿Cómo debe ser su hombre ideal?
-No lo sé aún. Desde luego, debe ser un hombre sencillo, cariñoso. . . y me es indiferente su belleza varonil y su edad.
-¿Cree en el amor?
-Con toda sinceridad.
Vista con perspectiva, la conversación tiene más profundidad de la que aparenta. Ahora sabemos que la actriz no lo tuvo fácil en la vida ni en el cine. A los 17 años fue víctima de una violación, una agresión de la que nació su hijo mayor, Patrick. Un trauma que mantuvo en secreto durante décadas y hasta su propio vástago creció creyendo que Claudia era su hermana mayor. Un drama que sin duda marcó a esta mujer y actriz independiente que siempre prefirió la libertad y la garra de los papeles femeninos con Federico Fellini ('Ocho y medio') y Visconti ('Rocco y sus hermanos') a la popularidad y esclavitud de Hollywood.
De eso habló en su siguiente visita a Málaga, 45 años después del rodaje de 'Mando perdido', cuando inauguró en 2010 el fugaz Festival Internacional de Cine Gay Costa del Sol con su última película, 'Le fil', una comprometida cinta sobre la homosexualidad en el mundo árabe. Acostumbrada a ser un símbolo, Cardinale añadía con orgullo su reivindicación como icono del colectivo gay, a la par que se sacudía la «nostalgia» de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Aunque sin renunciar a él, confesándose una «fanática» de su paso por Málaga y Almería para rodar. Y volvía a hablar de contratos para dejar claro que no se casaba con nadie más que consigo misma. «He hecho muchas películas en América, pero me ofrecieron un contrato muy importante allí y lo rechacé porque me siento profundamente europea». Y en el viejo mundo, cerca de París, ha fallecido esta estrella que prefirió ser Claudia antes que diva.
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