CaixaForum Málaga: un auditorio para 300 personas y una cubierta con forma de gota de agua inspirada en Sorolla
El equipo de arquitectos liderado por Felipe Pich-Aguilera y Teresa Batle diseña un edificio que integra lo urbano y lo medioambiental
CaixaForum Málaga aspira a convertirse en un gran icono de Málaga. Su diseño rompedor, su fisonomía orgánica y sus grandes dimensiones lo sitúan ya como ... un novedoso edificio en el catálogo arquitectónico de la ciudad. El centro cultural se dispone así sobre una gran zona verde abierta al público que no solo cambiará el urbanismo de la plaza Manuel Azaña, sino que también servirá para amortiguar el ruido del tráfico de esta puerta de entrada y salida de la ciudad. Sobre este amplio jardín exterior estarán suspendidas las dos salas de exposiciones de esta nueva infraestructura cultural que, según ha explicado a SUR el arquitecto Felipe Pich-Aguilera, también contará con un auditorio para 300 personas en el que se podrán realizar espectáculos, conciertos, proyecciones de cine y presentaciones, entre otras actividades.
La situación de este proyecto alejado del centro de la ciudad y sobre una pastilla de terreno ‘virgen’ ha permitido crear este emblemático edificio impulsado por la Fundación ‘La Caixa’ que integra lo urbano y lo medioambiental. Un doble reto que, en este caso, empieza la casa por el tejado con esa innovadora cubierta en forma de gota de agua extendida que estará realizada en cerámica, lo que permitirá que el aire fluya a través de ella para mejorar la temperatura del edificio. Además, este tejado orgánico integrará tecnología LED que permita no solo una iluminación nocturna de bajo consumo del centro cultural, sino que también se convertirá en una pantalla en la que se anunciarán tanto mensajes como se proyectarán vídeos de alta definición.
Para el diseño de la cubierta, el equipo de arquitectos liderados por Felipe Pich-Aguilera, y Teresa Batlle ha tenido en cuenta el componente mediterráneo de la cerámica, por lo que las piezas tendrá forma de escamas con matices entre el azul y el verde sobre un fondo blanco. Unos colores que, según sus creadores, se han inspirado en el rico cromatismo de Joaquín Sorolla, uno de los pintores que mejor reflejó la luz de nuestro país y que también atrapó los tonos de Málaga en sus lienzos.
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