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María Dolores Benavides Ibáñez, Jorge de Lorenzo Barroso, Pedro José Arenas Pérez y María García Ruiz. CRÓNICA
Alemania, el nuevo hogar de cuatro estudiantes de Ingeniería

Alemania, el nuevo hogar de cuatro estudiantes de Ingeniería

Forman parte de un programa formativo dual con la empresa automovilística EDAG, donde realizarán prácticas remuneradas, y la Universidad de Fulda, en la que acabarán sus estudios

NOELIA GARCÍA HOYOS

Martes, 6 de octubre 2020, 00:13

Hace más de un mes que Jorge de Lorenzo Barroso, María García Ruiz, Lola Benavides Ibáñez, estudiantes de Ingeniería Electrónica, Robótica y Mecatrónica, y Pedro José Arenas Pérez, estudiante de Ingeniería de Software, llegaron a Alemania. Por ahora todo son buenos momentos. Tuvieron que dejar Málaga, en pleno agosto y con 39 grados de temperatura, para empezar bajo el frío y la lluvia lo que ellos mismos consideran la oportunidad de sus vidas. Estos cuatro jóvenes estudiantes de la UMA han sido premiados con una beca formativa dual con el gigante automovilístico EDAG y la Universidad de Fulda que se celebra por sexto año consecutivo. Cuentan por delante con un año y medio en el que, mientras acaban sus estudios universitarios, podrán recibir una formación práctica en la empresa con el objetivo de conseguir finalmente un contrato fijo de trabajo.

«Por ahora la experiencia está siendo muy satisfactoria, con mucho frío, pero recomendable», explica Lola Benavides desde el salón de lo que se ha convertido el centro de reunión de esta pequeña colonia española en Fulda. Todos comparten esta reflexión, pero señalan que desde el primer momento que se bajaron del avión en Frankfurt notaron el carácter frío alemán. «Tienes que acostumbrarte a vivir aquí y, además, adaptarte a los alemanes», comenta María García que, además, está viviendo su primera experiencia fuera de casa de sus padres.

«Estamos muy a gusto. La empresa nos trata genial y desde el primer día nos han hecho sentir en casa», comenta Pedro José Arenas que sólo ha necesitado un mes para encontrar piso al que mudarse. La empresa se hace cargo de los gastos del viaje de ida y vuelta, además de ayudas para el alojamiento. EDAG Engineering AG es una empresa fundada en 1969, con sede en Fulda, que se encarga del desarrollo completo de proyectos de movilidad. Cuenta con casi 8.500 empleados y es considerada líder en el sector automovilístico, tanto en diseño de productos como en técnicas de producción.

«Abrir la mente, vivir otra cultura, conocer gente y aprender mucho en la empresa, esos son mis objetivos»

Jorge de Lorenzo Barroso. Estudiante de Ingeniería Electrónica, Robótica y Mecatrónica

«Todos los días aprovechamos un rato para estudiar alemán al menos una hora»

María García Ruiz. Estudiante de Ingeniería Electrónica, Robótica y Mecatrónica

«No me cierro puertas mientras esté a gusto. Mi futuro lo veo en Alemania, por ahora me está gustando mucho»

Lola Benavides Ibáñez. Estudiante de Ingeniería Electrónica, Robótica y Mecatrónica

«La empresa nos trata genial y desde el primer día nos han hecho sentir en casa»

Pedro José Arenas Pérez. Estudiante de Ingeniería de Software

Un sueño

Aún se les empañan los ojos al recordar que han sido premiados con esta beca, una oportunidad con la que muchos sueñan. «Para mí es un gran honor porque me hace pensar que han visto algo en mí con visión de futuro y eso me hace sentir especial», afirma Jorge de Lorenzo, originario de Las Palmas de Gran Canaria. Sorprendida todavía, Lola Benavides aún no se cree que haya sido seleccionada. Lo mismo le ocurre a Pedro José Arenas, natural de Jaén, que ya comenzaba a hacer planes para el próximo curso en Málaga y consiguió hacer a la idea a su madre de que seguiría visitándola cada mes tras la entrevista de la que salió sin esperanzas.

Llevan poco más de un mes fuera, pero ya les ha dado tiempo a echar de menos a familiares y amigos que han sido los primeros en alegrarse de esta oportunidad. «Saben que llevo trabajando muy duro desde pequeño para conseguir algo así y están muy orgullosos de mí», señala Jorge de Lorenzo, que desde pequeño sabía que su futuro estaba fuera. «Al principio estaban nerviosos porque me iba a otro país y encima en mitad de una pandemia», explica Lola Benavides, que no parece aún notar la distancia ya que recibe llamadas de sus padres preguntando si ha comido bien o si se abriga correctamente, cayendo en tópicos de padres.

Pese a que ninguno tenía un nivel de alemán fluido, parecen desenvolverse sin problemas gracias a los cursos impartidos por la Universidad de Málaga con el que han obtenido un nivel de A2. «Más o menos me desenvuelvo en las cosas básicas, ir al supermercado a hacer la compra o pedirme una cerveza», apunta Pedro José Arenas, que espera adquirir fluidez en los próximos meses en los que se irá a vivir a un piso compartido con estudiantes alemanes. Llevan desde febrero estudiando alemán pero, sin embargo, María García explica que es lo que más les está costando. «Todos los días aprovechamos un rato para estudiar alemán al menos una hora porque al fin y al cabo vivimos aquí y tenemos que aprender a comunicarnos con los demás. Estamos en proceso».

Este mes ha sido suficiente para echar de menos la dieta mediterránea, y es que todos coinciden en que como en España no se come en ningún sitio. «Aquí no hay tantas cosas como allí, pero sobre todo echo de menos el jamón serrano», comenta María García deseando que sus padres le envíen un buen cargamento. Siguiendo esta línea, Pedro José Arenas se declara fan de la carne, base de la dieta alemana, pero explica que no encuentran pescado, fruta o verduras cuando van al supermercado. «Echo de menos el Cola-Cao para desayunar, que aquí no hay», apunta la estudiante de Ingeniería Lola Benavides, que no llega a acostumbrarse al desayuno típico alemán.

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