«Nos han intentado matar por algo absurdo, no hay quien lo entienda»
Uno de los dos porteros acuchillados en un club de playa de Los Álamos relata su experiencia: «No estamos muertos por milímetros»
Casi no lo cuentan. Ale y Lolo, los dos porteros del club de playa Kokun, en Los Álamos, pasaron ayer a planta tras ... más de 48 horas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Clínico de Málaga, donde fueron trasladados tras ser apuñalados por un cliente. Estables dentro de la gravedad de sus heridas, ambos se recuperan favorablemente, aunque aún no tienen fecha de alta. «Los médicos nos han dicho que no estamos muertos por milímetros», explican en referencia a lo cerca que los cuchillazos recibidos se quedaron de varios órganos vitales. Ale, de 37 años y alma de boxeador, reconstruye uno de los peores episodios de su vida: «No perdí el conocimiento en ningún momento, lo recuerdo todo. Fui a ayudar a mi compañero, porque creía que le estaban pegando. No vi que la otra persona tenía un cuchillo y cuando me acerqué me dio una puñalada por la espalda».
Noticias relacionadas
- En la UCI dos porteros de un club de playa apuñalados al echar a un cliente
- En libertad uno de los hermanos detenidos tras el apuñalamiento a los porteros en Torremolinos
- Prisión para el supuesto autor del apuñalamiento de Torremolinos
- Vídeo: Los porteros de un club de playa de Los Álamos, apuñalados tras echar a un cliente
Lolo recibió dos cuchillazos, uno en la espalda, por el que ha sufrido un desgarro, y otro en el abdomen. Ambos fueron trasladados al hospital por la Policía, que no esperó a que llegara la ambulancia, una decisión que les acabó salvando la vida. «Vieron que nos estábamos desangrando y salieron a toda prisa. Llegamos enseguida. Creí que volcábamos». La celeridad de los agentes resultó fundamental para controlar sus heridas y el derrame: «Nos han dicho que aún están limpiando de sangre el coche». Ayer, tras el traslado a planta, los porteros comenzaron a recibir visitas. «Mucha gente nos dice que hemos tenido suerte. Es verdad, aunque me ha costado entenderlo». Pese a acumular años de experiencia trabajando de noche, Ale nunca había vivido una situación similar: «Nos han intentado matar por algo absurdo. No hay quien lo comprenda».
«Se lanzó por detrás y se ensañó. No sé qué puede llevar a alguien a hacer algo así, la verdad»
El apuñalamiento
«Vieron que estábamos desangrándonos y salieron a toda prisa. Llegamos enseguida al hospital. Si no llega a ser por ellos...»
La rapidez de la Policía
«Si se descontrola el nivel de hemoglobina podría tener afectado el hígado y habría que operarme»
Su recuperación
La agresión tuvo lugar el pasado domingo, en torno a las 20 horas, en uno de los clubes más populares de esta zona de ocio de Torremolinos. Kokun celebraba una concentración motera por la retransmisión en directo del Gran Premio de Cataluña. Todo transcurría con normalidad hasta que los porteros advirtieron que un hombre «salía del local con bebida, algo que no se puede hacer, y se ponía a acelerar con la moto en la puerta». Le prohibieron la entrada al club pero intentó colarse por la zona trasera y Lolo acudió para echarlo. Fue entonces cuando otro hombre, hermano del cliente expulsado, le asestó la primera puñalada. Ahora ambos se recuperan de sus lesiones, aunque permanecerán vigilados por posibles cambios en sus niveles de hemoglobina. «Si se descontrola podría significar que tengo afectado el hígado y que habría que operarme», detalla Ale, con una herida de nueve centímetros que ha requerido doce puntos de sutura.
Ambos han testificado en el hospital por el procedimiento judicial abierto contra el presunto agresor y su hermano. «No sé qué puede llevar a alguien a hacer algo así, la verdad. Se lanzó por detrás y se ensañó. Llevo veinte años trabajando de noche y nunca he visto nada parecido», explica. Los cientos de mensaje de apoyo recibidos en los últimos días a través de redes sociales han animado a Ale y Lolo, que agradecen el trabajo de la Policía y la rapidez de su actuación: «Si no llega a ser por ellos... Quizá ni siquiera estaríamos aquí».
El supuesto agresor y su hermano intentaron huir por la playa de Los Álamos, pero fueron interceptados por decenas de personas que grabaron sus caras, les golpearon e incluso quemaron su moto antes de que la Policía los arrestara, hechos que también están siendo investigados. La incomprensión es una constante en el relato de los hechos por parte de Ale. «No se le veía borracho ni drogado. Parecía alguien normal, en buen estado. No sé por qué lo hizo», explica. Ahora terminará de recuperarse, como su compañero, con el apoyo de familiares y amigos. Aún no parecen del todo conscientes, pero ambos se han convertido en supervivientes de un arranque de violencia y absurdidad que podría haber acabado en tragedia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión