Hallan en el sistema de succión de la piscina el gorro de la pequeña que murió ahogada junto a su padre y su hermano

Las víctimas son miembros de una familia de cinco personas. Los padres y sus hijos habían llegado el pasado 21 de diciembre al complejo Club La Costa para pasar estas fechas. Venían de Reino Unido y estaban alojados en uno de los apartamentos del resort, en el que pensaban permanecer hasta el día 28.

Las alarmas saltaron sobre las 13.30 horas, cuando el Servicio de Emergencias 112 recibió una llamada en la que se alertaba de que había tres personas en el agua de una piscina del complejo Club La Costa. Eran tres miembros de una misma familia, una niña de nueve años, su hermano de 16 y el padre de ambos, de 52.

Los tres resultaron fallecidos. Ante los gritos de la madre y la otra hermana adolescente de los menores que han muerto, desde la gerencia del club han manifestado que los trabajadores más cercanos a la piscina acudieron al recinto, tras lo que varios empleados procedieron a practicar maniobras de reanimación cardiopulmonar, al igual que otro cliente.

El médico del complejo también llegó en pocos minutos y coordinó los primeros auxilios hasta que llegaron los servicios de emergencias, que nada pudieron hacer por salvar la vida del padre y de dos de sus hijos. Una vez que se certificó el fallecimiento, se activó a la comitiva judicial y se procedió al traslado de los cuerpos al Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga, situado en los bajos de la Ciudad de la Justicia.

Tal y como estaba previsto, durante la mañana de este miércoles se practicó la autopsia a los cadáveres. Según han informado las fuentes consultadas por este periódico, todos murieron por ahogamiento, sin que en ninguno de los cuerpos se hallasen elementos extraños como signos de golpes o de intoxicación, por ejemplo.

Además, los médicos forenses también han reconocido a la hermana de la niña fallecida. Al respecto, las mismas fuentes han explicado que se trata de una pieza fundamental que puede arrojar luz a la investigación, ya que se bañaba con la víctima justo antes de lo ocurrido. Sin embargo, no presentaba signos de enrojecimiento en los ojos ni de irritación en los pulmones, lo que descartaría una intoxicación de los fallecidos por cloro.

Son datos que ya obran en poder de los agentes de la Guardia Civil que se han hecho cargo de las pesquisas para esclarecer lo ocurrido. La principal hipótesis que se maneja es que la niña podría haber tenido un problema en el sistema de succión de la piscina, por ello, efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Benemérita inspeccionaron las instalaciones, hallando en el sistema de succión el gorro de baño que llevaba puesto la niña fallecida.

No obstante, la investigación, a cargo de la Unidad de Policía Judicial del Instituto Armado, mantiene todas las posibilidades abiertas. De hecho, los especialistas también tomaron muestras de agua y se afanan en recomponer como ocurrió la secuencia. Al parecer, la fallecida se encontraba bañándose en la piscina con su hermana mayor, que salió del agua antes que ella. Al no regresar la pequeña y verla en la piscina, su hermano de 16 años y después su padre –dos varones de complexión fuerte y de alrededor de 1,90 metros de altura– se tiraron para intentar rescatarla, pero acabaron perdiendo la vida ahogados, al igual que la menor.

En este sentido, las fuentes consultadas por este periódico han indicado que una persona se tiró después al agua para recuperar los tres cuerpos. Siempre según han precisado, este empleado del complejo tuvo dificultades para salir de la piscina.

Por ello, se trabaja con la hipótesis de que se podría haber producido un problema en el sistema de succión, aunque, en las pruebas que se habrían realizado durante la jornada de este miércoles no se habrían detectado fallos. Desde el resort comunicaron a última hora que la Guardia Civil dijo que la piscina cumple con todos los requisitos y que autorizó su reapertura.

Arrojará más datos a la investigación la declaración de la madre y de la hermana de los fallecidos, que se encuentran en estado de shock y que aún no han podido hablar de forma amplia con los investigadores. Tienen apoyo permanente de psicólogos y familiares se están desplazando hasta Mijas para acompañarles en estos duros momentos. Con su testimonio y las pruebas recopiladas se espera poder esclarecer un caso que, por el momento, nadie se explica como pudo suceder.