Ángela Abdulka, la ucraniana que elabora tortillas españolas gigantes en Málaga
La cocinera, de 51 años, lleva dos décadas residiendo en la Axarquía, donde se siente «muy querida» pero vive con «miedo» al tener a sus dos hijos en el país en guerra
Ángela Abdulka llegó a Málaga en 2001 desde Ucrania. Tras trabajar cuidando a personas mayores en Nerja, se dedicó al sector de la hostelería. Desde ... hace más de una década es una de las cocineras del restaurante La Esperanza de Benajarafe, en Vélez-Málaga. El establecimiento, que cuenta también con un hostal con 42 habitaciones, se inauguró en 1965 y en los últimos años ha ganado una gran fama por las enormes tortillas españolas de patata que elabora la cocinera ucraniana de 51 años.
Sin ir más lejos, este pasado viernes consiguieron su récord, una tortilla de patatas y pimientos de 20 kilos, para la que emplearon 80 huevos y casi 20 kilos de patatas, además de cinco de pimientos y cebollas. «Empezamos haciéndolas más pequeñas, de 3, 4 ó 5 kilos, pero ya es como una competición para nosotros y estamos alcanzando cada vez más peso», confiesa Abdulka en un fluido castellano tras dos décadas viviendo en Málaga.
De media, elabora junto a la otra cocinera, Evedina Rivera, unas cinco tortillas a la semana. Las han hecho con muchos ingredientes distintos, además de los indispensables huevos y patatas. Aguacate, jamón, salmón ahumado, setas con trufas, chorizo, morcilla y beicon, son algunos de ellos. «La que más éxito tiene es la de pimientos y cebolla y la de aguacate, que es muy fresca y gusta mucho en verano», apunta Efrén Martín, encargado del establecimiento.
De la enorme tortilla que prepararon el pasado viernes han salido alrededor de 55 raciones en forma de pinchos. «Los servimos tanto en la barra como en las mesas del comedor», describe Martín, quien reconoce que los meses estivales «han sido muy buenos». «En junio, julio y agosto se trabajó muy bien, ahora en septiembre está algo más tranquila la cosa», advierte.
Según cuenta Abdulka, en la Axarquía se siente «de maravilla, muy a gusto y querida». Desde hace dos meses la acompaña su madre, que huyó del país invadido por Rusia desde febrero. Aunque su ciudad de origen, Chernivtsi, está lejos de las zonas de los combates, próxima a Rumanía y Moldavia, Abdulka vive «con mucho miedo porque allí tengo a mis dos hijos, de 33 y 29 años». «De momento, no han sido llamados para ir a combatir al frente, uno es pensionista y el otro es diseñador, pero está en paro», cuenta la cocinera ucraniana.
A su juicio, la guerra que ha iniciado el presidente ruso «es una locura, porque los rusos y los ucranianos somos hermanos, y me ha alegrado mucho ver que en Rusia la gente está protestando en la calle porque no quieren la guerra, nadie la quiere», apostilla. Abdulka confía en que «muy pronto» pueda haber algún tipo de acuerdo de paz para frenar el conflicto bélico. Mientras, ella seguirá elaborando las enormes tortillas españolas en el restaurante de Benajarafe. «Ojalá termine pronto esta locura», insiste la cocinera ucraniana.
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