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Los cinco candidatos, tras el debate.
Un debate abierto para un escenario imprevisible

Un debate abierto para un escenario imprevisible

García Urbano, Heredia, Guzmán, Montero y Rivera protagonizaron un encuentro ágil donde no hubo tiempos tasados ni preguntas preestablecidas

Antonio M. Romero

Martes, 1 de diciembre 2015, 23:46

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En la política española soplan aires de cambio y este martes quedaron patentes en el primer debate a cinco, organizado por SUR a 48 horas del inicio de la campaña de las elecciones generales del 20 de diciembre, entre los cabezas de lista por Málaga al Congreso de los Diputados por el PP, José María García Urbano; PSOE, Miguel Ángel Heredia; la plataforma de confluencia de izquierdas IU-Unidad Popular, Francisco Guzmán; Podemos, Alberto Montero; y Ciudadanos, Irene Rivera (Ciudadanos). Fue un encuentro novedoso al emitirse por primera vez en un medio digital y al no haber bloques temáticos ni preguntas preestablecidas, lo que hizo que se viviera una contienda ágil, amena y lejos del corsé y la rigidez habitual en estos formatos. En cuanto al contenido, el debate auguró que la campaña que se abre este viernes a medianoche se presenta reñida las encuestas revelan que hay una importante bolsa de indecisos que pueden ser la clave para inclinar con sus votos la balanza y abierta en cuanto a ideas y resultados.

Durante hora y media de debate, moderado por el director de SUR, Manuel Castillo, los candidatos confrontaron sus planteamientos políticos y sus propuestas programáticas en un ambiente relajado y de tanteo al ser la primera vez que los cinco juntos se veían las caras. Sin embargo, ese clima de guante blanco no fue óbice para que hubiera momentos donde subió la tensión política y la confrontación donde los intervinientes se cruzaron dardos y acusaciones. Así sucedió cuando Heredia reprochó a García Urbano que hable de que su partido abandera la transparencia y no ha hecho pública su declaración de bienes o sobre su gestión en el Ayuntamiento de Estepona; en el momento en que Guzmán afeó al cabeza de lista socialista que «salieran corriendo» del pacto de gobierno en Andalucía en la anterior legislatura o definiera a Ciudadanos y Podemos como «un experimento de marketing político»; cuando PP y Podemos hicieron una pinza para criticar la alianza de Ciudadanos y PSOE para tumbar las enmiendas presentadas a los presupuestos regionales; o al calificar Montero de «carta a los Reyes Magos» algunas propuestas socialistas.

La confrontación

La confrontación se produjo en dos niveles. Así, los representantes del bipartidismo, PP y PSOE, se atacaron mutuamente entre ellos, mientras que abos fueron el blanco de las críticas de las formaciones emergentes, Podemos y Ciudadanos y del tradicional tercer partido del tablero político español, IU. Paralelamente, García Urbano, como representante del partido que ha estado al frente del Gobierno en esta legislatura, sufrió los ataques del resto de formaciones sobre la gestión del presidente Mariano Rajoy. También hubo ataques a la gestión socialista en la Junta.

Heredia sostuvo que el Ejecutivo central no ha sabido resolver los tres graves problemas de España en este mandato crisis económica y de empleo, de confianza en las instituciones y territorial sino que «los ha agravado» y respecto a Málaga denunció que el PP siempre que gobierna coloca a la provincia «a la cola de la inversión». Guzmán denunció «los recortes y la austeridad» y enarboló que IU es la fuerza de izquierdas mientras el resto de partidos «se disputan el centro». Mientras que Montero arguyó que se está intentando transmitir una apariencia «de normalidad que no es tal» ya que, a su juicio, no se está dando respuesta a las crisis económica, social, política y de valores del país y que Podemos es la formación que «ofrece un país mejor para todos». Rivera sostuvo que las reformas que España necesita «deben venir desde el centro y no desde los extremos». «Ni la vieja izquierda ni la vieja derecha van a solventar nada; han tenido su oportunidad y la han desaprovechado», dijo la candidata de Ciudadanos.

García Urbano defendió que «las cosas se han hecho bien» desde el Gobierno y que el PP llega al final de la legislatura «con los deberes hechos» por lo que confió en que ese trabajo tendrá su recompensa en las urnas. Así, arguyó que el país ha tomado el buen rumbo y no es bueno cambiar ahora de capitán; un símil con el que apeló a la experiencia y la solvencia de Rajoy frente a la bisoñez de los otros aspirantes a La Moncloa.

En materia económica y de empleo, Heredia, Guzmán, Montero y Rivera coincidieron en denunciar que la situación actual es «peor» que en 2011 al haber aumentado la desigualdad, el desempleo juvenil y de las mujeres, la precarización del mercado laboral, el incremento de hogares con todos sus miembros en paro o la caída de las reservas del fono de la Seguridad Social. Frente a ello, García Urbano ofreció una imagen diametralmente opuesta en la que defendió que ha crecido el empleo, se han bajado los impuestos, se ha garantizado el pago de las pensiones y hay una completa cobertura de los servicios sociales públicos.

Subir o bajar impuestos

En materia fiscal, las discrepancias entre los partidos son evidentes. PP y Ciudadanos abogan por una bajada de los impuestos. Irene Rivera explicó que la formación naranja quiere bajar una media del 3% el IRPF a las clases medias eso sí no supo definir a qué se refería con clases medias, e igualar al 20% el impuesto de sociedades. García Urbano insistió en que continuarán las bajadas, como la anunciada del impuesto de la renta

En el lado opuesto, se sitúan los partidos de izquierdas, quienes plantearon una subida de impuestos a las rentas altas. Heredia manifestó que «quienes más ganan, deben pagar más y quienes ganen menos, deben pagar menos» y admitió que se bajará el impuesto cultural, pero no aclaró si bajarán el IVAS turístico como han reclamado durante esta mandato al PP. Guzmán defendió que las rentas altas paguen más, al igual que hizo Montero, cuyo partido ha propuesto que quienes ganen más de 60.000 euros paguen más al erario público.

La incertidumbre que se cierne sobre el veredicto de las urnas el 20-D hizo que los cinco candidatos optaran por la prudencia y no se mojaron cuando el moderador les invitó a hacer una quiniela sobre el resultado en Málaga. Todos ellos apelaron a que salen a ganar y a obtener al mayor número de diputados y senadores para contribuir a llevar a sus candidatos nacionales a La Moncloa.

Tampoco desvelaron sus cartas sobre los posibles pactos a alcanzar a partir del 21 de diciembre las encuestas coinciden en que ningún partido obtendrá mayoría absoluta. Irene Rivera, cuyo partidos, según las predicciones puede ser el árbitro de la gobernabilidad, manifestó: «O gobernamos nosotros o estaremos en la oposición».

Donde sí hubo unanimidad es que en la nueva legislatura la llegada del tren a Marbella y Estepona debe ser una prioridad así como potenciar la industrialización de la provincia en campos como el agroalimentario, el turístico, las nuevas tecnologías o las renovables. Respeto al saneamiento integral, asignatura pendiente desde hace décadas, PP, Ciudadanos y Podemos arremetieron contra la Junta por no haber acometido sus actuaciones pendientes.

En materia de regeneración democrática y reforma de la Administración, las propuestas fueron desde la petición de la desaparición del Senado defendida por Rivera a la necesidad de una nueva Constitución por la que abogó Guzmán. Heredia propuso un certificado fiscal para ver la evolución del patrimonio de los representantes públicos durante su mandato, Montero planteó despolitizar instituciones como la justicia, mientras que García Urbano defendió que el PP ha legislado «con medidas serias y efectivas» contra la corrupción.

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