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Los jugadores blancos tras encajar el gol del empate.
El Madrid paga su conformismo
7ª jornada

El Madrid paga su conformismo

El Atlético se transforma tras el descanso y se aprovecha de los cambios defensivos de Benítez y el descontrol de los blancos

Amador Gómez

Domingo, 4 de octubre 2015, 01:08

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El primer derbi de la temporada, entre un favorito al título con muchas dudas y un aspirante que no quiere dejar de serlo, tuvo dos partes muy diferentes y se saldó con un justo empate con sabor a derrota para los blancos. El Real Madrid y Rafa Benítez creyeron que iba a quedar resuelto en tan sólo 21 minutos, con un tempranero gol, como antaño, gracias a un gran cabezazo de Benzema, y a un paradón de Keylor Navas tras un error garrafal de Sergio Ramos al cometer un absurdo penalti desperdiciado por Griezmann. Sin embargo, el Real Madrid no fue capaz de cerrar el partido en la segunda parte y pagó su conformismo frente a un Atlético que, tras un cambio radical de cara tras su decepcionante primer tiempo, encontró en la recta final un merecido premio ante su afición.

Contra un Atlético desconocido en la primera parte, que no presionó ni tuvo entonces la intensidad exigida en un duelo de estas proporciones, el Madrid, con una comodidad absoluta, jugó y ganó como quiso ese período. Pero sólo ese período. Después, entre las sustituciones conservadoras de Benítez para intentar aguantar el resultado, cuando su equipo era un descontrol, y la ambición y empuje de los rojiblancos, a los que no les faltó fe, los visitantes se quedaron sin triunfo. El Madrid, desaparecido en la segunda mitad, acabó rendido físicamente y hasta pidiendo la hora. El Atlético, sin embargo, fue de menos a más y dejó a Benítez y los suyos desencajados. Es lo que tiene jugar a defender en vez de tener ambición e imponer autoridad cuando se tiene tantísima calidad en ataque. Con la primera mitad no le bastó al Madrid, que tan sólo dispuso de una ocasión clara en todo el partido y la transformó. Muy pobre bagaje para este Real Madrid que fracasó en el segundo tiempo después de una notable primera parte.

Los rojiblancos, sin embargo, tiraron toda la primera mitad, en la que se mostraron sorprendentemente tiernos, como un equipo muy débil, sin un ápice de agresividad, que era a lo que se agarraba en los derbis en los que triunfaba con Simeone, aunque estaban esperando su momento. Con el bajón tan preocupante que sufrió el Madrid en el segundo tiempo y la reacción de corazón y casta que sacaron los rojiblancos los visitantes sólo pudieron sumar tres puntos. Igual que el Atlético estuvo encerrado durante la primera mitad, tras el descanso fue el Madrid el que se echó atrás y se estrelló. Igual que Benítez no acertó con los cambios, Simeone sí lo hizo con los suyos y al final, si no hubiese sido por Keylor Navas, incluso podía haber salido derrotado de un Calderón contagiado con la garra de los suyos.

Aunque tanto Benítez como Simeone prefieren contener y montar sus equipos desde la defensa y por ello no se esperaba espectáculo, lo que sí quedó demostrado es que al Real Madrid le faltó continuidad en el juego y, sobre todo, el control y el dominio que ejerció durante la primera parte. El Real Madrid apenas tuvo rival durante 45 minutos, porque el Atlético fue un equipo decepcionante durante este período, en la que los blancos tocaron y tocaron sin oposición y sólo echaron en falta más llegada para que su superioridad quedase reflejada con más goles. Hasta que el Atlético reaccionó en la segunda mitad y dio por fin lo que se esperaba de él, ganando las peleas individuales y jugando, aunque sin llegar demasiado al área, hasta que Vietto encontró un resquicio que era previsible con el Madrid tan tirado hacia su portero y el rival empujando. Al Madrid no le bastó con una oportunidad Benzema, libre de marca en su gol tras un pase certero de Carvajal, El Atlético, en cambio, después de lamentar su falta de puntería, sí encontró casi 'in extremis' lo que anduvo buscando en la segunda parte.

No era normal que el Atlético estuviese entregado y a merced del Madrid, sin ni siquiera hacer faltas, durante todo un primer tiempo en el que los blancos, con Bale en el banquillo desde el inicio y con orden y control, fueron insuperables en la medular con una línea de tres formada por Kross, Casemiro y Modric. Benítez se arriesgó con su apuesta conservadora desde el inicio y le salió bien, pero después fue aún más defensivo y lo sufrió. Con los rojiblancos obligados a dar un paso al frente y recuperar la casta y la pierna fuerte, sí hubo mayor equilibrio y el partido por fin se abrió, con opciones para los de casa y mucho descontrol blanco.

Igual que el Real Madrid se hizo el dueño absoluto del balón en el período inicial y el Atlético se limitó a verlas venir y a desentenderse de la mitad de partido, como si la batalla no fuese importante en la lucha por el título, rechazando -aunque la culpa la tuvo Keylor- el regalo de Ramos, el juego que más les gusta a Simeone y los suyos, el del fútbol presionante e incómodo para el enemigo, sí que apareció en la segunda mitad. El técnico argentino del Atlético, como ya había reconocido el día anterior, no estima determinante tener el balón, pero su equipo tuvo que recuperar, además del corazón y el brío, la pelota en esa segunda mitad en la que Benítez, fiel a sus ideas, retiró del ataque a Benzema para intentar fortalecer el medio campo con Kovacic. Ese cambio, al que ya está habituado Benzema con Benítez, no le hizo ninguna gracias al delantero francés, y mucho menos al madridismo, que también echó muy en falta más contundencia de un perdido Cristiano Ronaldo.

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