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La presidenta andaluza en la tribuna del Parlamento durante su discurso.

Susana Díaz abre en el Debate de Andalucía una etapa de confrontación con el Gobierno

La presidenta acusa al PP de «asfixiar» y «atropellar» a Andalucía con una financiación injusta

Maria Dolores Tortosa

Jueves, 18 de septiembre 2014, 01:14

Con la confrontación como bandera Susana Díaz ha estrenado un nuevo rol en su primer año de presidenta, el de liderar desde el sur la oposición a Mariano Rajoy. Hasta ahora nunca en un discurso institucional desde que es presidenta Susana Díaz había sido tan dura con el PP y el Gobierno central. En el debate sobre el estado de la Comunidad la presidenta anunció ayer hasta 25 medidas y defendió con ahínco su primer año de gobierno, incluida lo que ella llama su «lucha implacable» contra la corrupción. Pero en lo que más ahínco puso fue en criticar las políticas del PP y reprochar a este partido en Andalucía que no defienda los intereses de la comunidad. Díaz acusó al ejecutivo del PP de «asfixiar, machacar y atropellar» a Andalucía con una financiación que cree injusta y anunció que le llevará a los tribunales por ello.

La presidenta pareció resucitar la confrontación de Chaves contra Aznar que tantos réditos políticos dio al PSOE en Andalucía entre 1996 y 2004, como le reprochó de forma irónica la portavoz del PP, Loles López Gabarro («Le escriben los discursos los mismos que se lo escribían a Chaves», le dijo). Las razones son las mismas que entonces, los agravios que atribuye al PP hacia Andalucía en el reparto del dinero por razones partidistas. «Es inadmisible e intolerable que por razones partidistas se castigue a toda una comunidad», dijo. Cifró en ocho mil millones los que ha dejado percibir la comunidad en los últimos años.

«Si algo no ha cambiado en Andalucía ni en este año ni en los anteriores ha sido la actitud de la derecha hacia nuestra tierra, que sigue con la misma política de hace décadas: la del desprecio, la del agravio, la de la falta de compromiso con la defensa de nuestros intereses», apostilló en otro momento.

La presidenta anunció que ha ordenado presentar un recurso por el incumplimiento de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca) y la vulneración por ello del Estatuto de Autonomía. Se trata de un recurso más en la larga lista de ellos entre ambas administraciones. Díaz quiere que los tribunales obliguen a Rajoy a modificar el actual sistema de financiación autonómica, aprobado por José Luis Rodríguez Zapatero, pero que Rajoy se comprometió a cambiarlo en la conferencia de presidentes de 2012. Pese a haber expirado este año, el PP se resiste a negociar un nuevo modelo.

Díaz también dirigió sus críticas al PP andaluz y a su nuevo líder, al que no mencionó, pero al que reprochó que no defienda los intereses andaluces y del que dijo que le «abochorna» que haya puesto en duda la calidad de los fármacos de las subastas cuando todos tienen el visto bueno del Ministerio de Sanidad, en el que él fue alto cargo.

Elecciones en el aire

La mandataria andaluza eludió en todos sus discursos hablar de agotar la legislatura, como esperaba oír Izquierda Unida, pero ya al finalizar la tarde en la última intervención que cerraba el debate aseguró que su voluntad es aprobar el presupuesto de 2015, lo que descartaría el adelanto. «Hemos hecho muchas cosas juntos y vamos a hacer muchas más», manifestó a IU.

En realidad Susana Díaz jugó a la ambigüedad. Por un lado pergeñó un discurso plagado de propuestas e iniciativas que para cumplirse necesitan de al menos un año, con lo que daba a entender que deseaba agotar la legislatura. Pero con su insistencia en subrayar la merma de ingresos del Estado también quiso dejar abierta la puerta a un adelanto si no le daban otra alternativa. «Si hay dificultad en el presupuesto no hay que mirar a San Telmo, sino al palacio de la Moncloa», dijo en la réplica a José Antonio Castro para tranquilizar a IU. Este se había quejado de la falta de confianza sobre la estabilidad de IU en el Gobierno. «Estoy harto, hartito de escuchar sandeces», espetó.

Pero la presidenta, pese a mostrarse conciliadora con IU y dejar claro que si no hay presupuesto no será por diferencias con su socio de gobierno, también lanzó varios mensajes en los que algunos quisieron interpretar una puerta abierta al adelanto: «Yo no me quiero encontrar en una situación en la que, por falta de posibilidades de desarrollar en su integridad mi programa, la acción del gobierno se pueda distanciar de las expectativas de cambio y mejora de la inmensa mayoría de la sociedad andaluza», mencionó en la mañana en su discurso.

«Señorías ya me van conociendo. Yo no he venido aquí para contemporizar ni aferrarme a un cargo, por honroso que este sea, sino para servir a Andalucía», agregó.

«No rehuyo los desafíos»; «Sé al puerto al que quiero llevar a Andalucía»; «Estoy tomando las decisiones que sean más beneficiosas para mi tierra y para su gente». Fueron las frases crípticas con las que concluyó su discurso de la mañana.

Un discurso de casi una hora cuyos diez primeros minutos dedicó a hablar de la corrupción para comprometerse a seguir luchando contra ella y para sacar pecho por las medidas que ha adoptado este año. Un tema el de la corrupción que también centró las intervenciones de los portavoces del PPy de IU.

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