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Media vida en las nubes

Media vida en las nubes

Así ayuda el 'cloud computing' a empresas y usuarios

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Miércoles, 8 de julio 2020, 00:05

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Internet se reduce a un montón de ordenadores conectados. Cuando decimos: «la información está en la nube», donde realmente está es en uno de esos aparatos. Por ello, una forma coloquial de definir las nubes es «usar el ordenador de otra persona», porque «son otros los que ponen a nuestra disposición sus infraestructuras y nosotros solo necesitamos conectarnos a internet para utilizarlas», expresa Jordi Guijarro, profesor de los Estudios de Informática de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

La definición técnica de 'cloud computing' (computación en la nube) es «la tecnología que ofrece un servicio a través de una red» y, aunque no es una herramienta nueva, sí que son cada vez más las personas que las utilizan y los servicios ofrecidos a través de ella.

El confinamiento lo ha puesto en evidencia con ejemplos como Zoom, la 'app' para realizar reuniones virtuales, cuyo uso se ha multiplicado por 50 desde marzo con motivo del teletrabajo. Por su parte, Netflix, la plataforma líder de series en 'streaming', registró en España 247.000 descargas en la primera quincena de ese mismo mes, un 40% más que en el acumulado de las dos semanas previas; mientras que, en febrero, cuando parte del mundo ya estaba confinada, la red social Tik Tok alcanzó los 113 millones de descargas mundiales.

Sin embargo, no hemos necesitado una pandemia para empezar a utilizar las 'cloud'. Ya antes, las videollamadas por Skype, los mensajes por Whatsapp, los 'likes' de Instagram, los documentos compartidos de Google Drive o la música en 'streaming' de Spotify, formaban parte de nuestra vida desde las nubes. «Incluso la copia de seguridad que realizan nuestros 'smartphones' de vez en cuando se guarda en una nube», destaca Chema Taboas, director de Sistemas en la empresa de servicios informáticos Semantic Systems. De ahí que podamos recuperar nuestra información cuando se nos estropea el móvil.

Lo que sí ha manifestado la crisis del Covid-19 es que las 'cloud' son un recurso imprescindible para las empresas y que, cada vez más, serán de vital importancia. De hecho, los expertos coinciden en que muchas compañías han podido mantener o digitalizar sus procesos durante el estado de alarma gracias ellas pero, ¿cómo sabe una empresa cuál es la nube que mejor se adapta a sus objetivos?

Tres tipos

En la red, no todas las nubes son iguales, por eso cada empresa debe decidir cuál cubre mejor sus necesidades. Así podrán abaratar costes y ser más eficientes. Son tres las tipologías de 'cloud' que pueden utilizar las organizaciones: públicas, privadas e híbridas. Las primeras son propiedad de proveedores de servicios externos, que los administran y ofrecen a través de internet. Es el tipo de nube que utilizan las compañías de nueva creación y también aquellas que necesitan una infraestructura muy amplia para proveer sus servicios a los consumidores a escala mundial, como Netflix o Whatsapp. Dentro de esta clasificación no solo gigantes como Microsoft Azure o Amazon Web Services son proveedores de cloud públicas, también empresas más pequeñas y cercanas como Semantic Systems.

En contraposición, las nubes privadas son aquellas que están compuestas por recursos informáticos que utiliza exclusivamente una compañía. Suelen recurrir a ellas las agencias gubernamentales y las instituciones financieras, porque permiten un mayor control de la circulación y la ubicación de los datos.

La combinación de estos dos escenarios da lugar a las nubes híbridas, que son las más frecuentes de encontrar en el mundo empresarial. Con ellas, las organizaciones se benefician de las ventajas de las 'cloud' públicas y privadas. Por ejemplo, pueden usar la nube pública para compartir correos electrónicos entre los trabajadores (Gmail, Outlook) y la nube privada para almacenar los informes financieros.

Autenticación más fuerte

El miedo que genera el uso de las nubes son los problemas de ciberseguridad. Es frecuente pensar que las 'cloud' públicas plantean más riesgos, pero no siempre es así. «Al estar más distribuidas sufren más ataques, pero también tienen mejores equipos de ciberseguridad», señala Taboas.

También depende de lo que, tanto empresas como usuarios, hagan para proteger su información. «El proveedor de la nube puede ayudarte hasta cierto punto, pero qué datos pones, cómo los proteges o quién accede a ellos es tu responsabilidad», recalca Guijarro. Esto implica cuidar nuestra privacidad. Algunas formas de hacerlo son: mantener los equipos y navegadores actualizados y libres de 'malware', escoger contraseñas diferentes para las distintas aplicaciones y difíciles de descifrar o aprovechar la verificación en dos pasos.

Cuidado con el IT en la sombra

Los servicios en la nube también están ligados a ciertos fenómenos negativos, como el Shadow IT o IT en la sombra. Este se refiere al uso de servicios e infraestructuras de Tecnología de la Información (TI) por parte de los empleados sin la aprobación formal de la propia empresa. El uso de servicios SaaS (Software as a Service) sin dicha autorización, como pueden ser Dropbox o los calendarios en línea, es muy frecuente. El riesgo de esta práctica es que se puede haber filtraciones de datos críticos para la empresa, produce mayores costes y es más vulnerable a ataques.

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