¿Volver con tu ex? Cuatro claves que nos dicen si es buena idea

Lo primero, un aviso a navegantes: «Volver con un ex puede parecer tentador: los recuerdos de los buenos momentos pesan más que los conflictos que llevaron a la ruptura –advierte la psicóloga–. Sin embargo, es importante tener en cuenta que muchas veces las razones que llevaron a la quiebra original resurgen con el tiempo». Es decir, la tentación de resucitar una época bonita es muy poderosa. Por eso, cuando se nos plantee la idea de volver con un ex, lo primero que tenemos que hacer es obligarnos a recordar los malos momentos. Sí, obligarnos, porque el cerebro tiende a 'olvidar' lo que nos ha hecho daño, ya que está programado para buscar ''chutes de bienestar' (como la inyección de hormonas 'buenas' que obtenemos cuando estamos enamorados) .De lo contrario, estaremos elaborando una visión distorsionada de aquella historia.

Entonces, ¿mejor frustrar de entrada cualquier posibilidad por miedo a otra ruptura? No. «A veces las condiciones cambian y las personas han evolucionado, de forma que pueden afrontar mejor los desafíos que antes los superaban. En estos casos, una segunda oportunidad puede dar lugar a una relación más sólida y madura». He aquí unas claves sobre las condiciones que deben darse para que funcione la 'repesca'.

En ambos casos el cerebro nos está boicoteando: es muy 'conservador' y quiere volver a lo conocido... Lleva mal la incertidumbre (¿me quedaré solo?).

Lo de borrón y cuenta nueva –volviendo al dichoso refranero– no sirve. No somos robots. Esto conlleva conversaciones difíciles, sí. «Es crucial que exista una comunicación abierta y honesta, y que ambos estén alineados en sus expectativas y metas futuras», añade la psicóloga.

«Debe haber un verdadero deseo de sanar y reconstruir», insiste Padilla. Puede parecer una obviedad, pero muchas parejas se lanzan a una segunda vuelta y siguen manteniendo los mismos mecanismos que los llevaron al fracaso. Si no se asume que para obtener un resultado diferente hacen falta actos diferentes (no palabras, que esas son 'gratis'), volveremos a lo mismo, a romper.

Si la relación se fue al traste, seguro que alguna de las partes, o ambas, fallaron a la otra en algún sentido. Habrá que perdonar si queremos retomarlo, ¿no? El perdón es algo muy complejo, indica Padilla, y, desde luego, no significa olvidar. Entonces, ¿qué es? «Perdonar de verdad significa dejar ir el resentimiento y dar lugar a una nueva etapa en la relación, pero esto solo es posible si ambas partes han procesado y resuelto sus emociones», apunta la experta.

Según explica, es fundamental entender que el perdón responde a un daño real «y que no es una decisión voluntaria». En ocasiones podemos llegar a perdonar sin ayuda externa; otras, no. «A veces es necesario buscar la ayuda de un psicólogo: si el daño persiste, por mucho que se desee perdonar, las secuelas actúan como un fantasma, manifestándose inconscientemente en la relación y dificultando la posibilidad de avanzar».

Quiénes lo harán mejor

«Las personas con una personalidad flexible, resiliente y con una alta capacidad de autocrítica suelen tener más éxito en las segundas oportunidades, ya que están dispuestas a cambiar y adaptarse. Estas personas, al evolucionar y crecer personalmente, pueden aportar una nueva dinámica a la relación».

Quiénes lo tienen difícil

«La gente con rasgos más rígidos, orgullosos o que tienen dificultades para manejar el conflicto y la vulnerabilidad podrían encontrar más desafíos al intentar reconstruir una relación», indica Padilla.

Si pides otra oportunidad...

Debes hacerlo desde la sinceridad y la humildad. Es importante reconocer los errores cometidos, mostrar un compromiso genuino con el cambio y no presionar a la otra persona. «El respeto por el tiempo y el proceso del otro es clave para que la solicitud sea bien recibida. Si la persona ha crecido o cambiado desde la ruptura, es vital que lo demuestre con acciones, no solo con palabras», indica la psicóloga.

... y si la das

«Es esencial establecer límites y comunicar tus necesidades y expectativas desde el principio. La confianza y la seguridad emocional deben reconstruirse paso a paso, y es importante no precipitarse –aconseja–. La paciencia y la disposición a dialogar serán tus mejores aliados». Reconocer y valorar los cambios positivos en la otra persona también puede fortalecer la relación y ayudar a construir un vínculo más sólido que antes