Juan Manuel Feliz
Un verano a la última ·
Ganó la histórica prueba asturiana en 1968 y ahora lleva diez años al frente del comité organizador, una labor absorbente que no le impide de darse algún chapuzón de vez en cuandoPablo Antón Marín Estrada
Jueves, 7 de agosto 2025, 00:24
José Manuel Feliz preside el Comité Organizador de Descenso Internacional del Sella, que se celebra este fin de semana. Es una prueba que ganó en ... 1968 y que conoce mejor que nadie. Nos habla de ese universo de alegría y deporte que es la Fiesta de las Piraguas.
– Lleva diez ediciones como presidente del Comité Organizador del Descenso. ¿Echa de menos no poder bajar ese día remando con su piragua?
– Por supuesto que lo echo mucho de menos, pero lo asumo porque cuando aceptas una responsabilidad debes hacerlo con todas las consecuencias. Hubo una excepción y fue en el 2018, cuando se cumplían los 50 años de haber ganado el Sella junto a mi compañero José Luis Gutiérrez. Era algo que no había sucedido hasta entonces y eso animó a que al año siguiente lo hicieran también los ganadores sudafricanos del Descenso en 1969, que estaban bien de salud.
– Una evidencia de que los grandes deportistas nunca se retiran del todo y menos quienes han hecho del piragüismo una forma de vida.
– Es así. Hay piragüistas de mi edad que ahí siguen y un ejemplo de ello es Manolo Fonseca, que fue presidente de la Federación Española y director de Deportes en las olimpiadas de Barcelona. A sus 82 años sigue bajando el Sella con su hija Bárbara y este año se han vuelto a inscribir. El Sella engancha mucho. Por eso arrastra a tantísima gente, tanto a piragüistas como al público.
– ¿Esa es su seña de identidad?
– Sin duda. A diferencia de otras pruebas de piragüismo en las que el público que acude son exclusivamente aficionados a ese deporte o los familiares de quienes compiten, aquí es la Fiesta de las Piraguas, algo que sobrepasa todo eso. Le gusta venir a la gente de los pueblos más remotos de estos concejos, a los turistas de Madrid o Barcelona o de otros países que están recorriendo Asturias o que vienen expresamente porque han oído hablar del Sella y quieren vivirlo al menos una vez en su vida. Es un público multitudinario y de unas características muy diversas.
– ¿Unir deporte y fiesta popular fue la gran genialidad del fundador del descenso, el recordado Dionisio de la Huerta? ¿Es el secreto de que siga tan vivo?
– Dionisio fue un visionario en eso como en tantísimas cosas. Tenga en cuenta que se había empezado en 1930 y que no hubo Federación Española de Piragüismo hasta 1959 y el Sella ya era internacional. En esa época ya venían de varios países extranjeros, no solo europeos. Y ahí sigue. Dionisio supo combinar la parte deportiva con la lúdica y esta con Asturias, con su historia, desde los versos del pregón que comienzan: «Por orden de don Pelayo.,..». Y el 'Asturias patria querida' se popularizó aquí mucho antes de que fuera himno oficial. Como fiesta es la única de Asturias de Interés Turístico Internacional, como los Sanfermines o la Feria de Abril de Sevilla.
– ¿Este año habrá récord de participación?
– Hay más de veinte países inscritos, llegaremos a unos 1.200 o 1.300 palistas, unas 800, 850 piraguas, porque muchas son de dos plazas. Pero no queremos batir récords de participantes, todo tiene un límite y el río es el que es, no puedes poner el doble de palistas porque habría una aglomeración, no se revolverían y sería morir de éxito. Las cifras que tenemos ya son impresionantes en una prueba de salida única.
– ¿Se atreve a hacer un pronóstico de quién podría ganar?
– Después de tres años de triunfos consecutivos franceses, creo que en esta ocasión va a ganar una embarcación española y hay muchas posibilidades de que sea asturiana.
– ¿Y usted como lleva pasarse el verano trabajando para que todo salga bien en el Sella?
– Pues ya estamos acostumbrados y pasada la fecha nos resarciremos. Entre tanto, buscamos algún hueco para pegarse un baño o dar un paseo en piragua.
– Siendo de Arriondas, de donde sale la prueba, me imagino que a usted le va más el chapuzón de río, en una poza, que de playa...
– Soy de poza porque la casa donde nací y donde paso los veranos está a 60 metros del Sella. Ahí aprendí a nadar y a bucear, a remar en piragua. Pero lógicamente también me encanta la playa, con la belleza que tenemos de ellas en el oriente de Asturias, empezando por la de Ribadesella. Allí también disfruto muchísimo.
– ¿Qué recomendaciones daría a quienes vienen a Asturias y luego lamentan que haya 'orbayu', niebla, mareas...?
–Lo de las mareas es fácil de explicar. Y también que, si les gusta el verde de Asturias, eso hay que regarlo. Que tomen precauciones con la niebla. También les diría lo bueno que es dormir con una mantita en lugar de morir asfixiado por un calor de 40 grados. Y que vengan sin prisas para disfrutarlo.
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