¿Sabes cuánta agua hay que tomar en la comida?
Sí, hay una cantidad exacta que te ayudará a disfrutar.... y a hacer la digestión
abes cuánta agua se consume en un hogar español? Nada menos que 128 litros por cada miembro de la familia al día, indica el Instituto ... Nacional de Estadística. Una barbaridad. Pero muy poco de este líquido es para beber. La mayoría lo destinamos a fregar, asearnos, regar... También una parte importante se escapa en fugas de las que ni somos conscientes. Pero a nuestro cuerpo metemos muy poquita. Es más: solo el 20% de los españoles bebe cada día la cantidad media recomendada por los médicos para mantenerse hidratado: más de dos litros.
Es una batalla diaria y más en estas fechas, donde el calor aprieta. Todos los profesionales sanitarios se ponen de acuerdo en lo importante que es beber. Y nosotros, los ciudadanos, sabemos también que es así, aunque solo sea por la cantidad de veces que nos lo repiten. Pero el cómputo total al cabo de una jornada nos sale a deber. Dicen estos especialistas que lo ideal es consumir los dos litros a lo largo del día, a sorbitos, y no esperar a tener sed. Pero se nos olvida y cuando nos acordamos queremos resolverlo todo de un trago.
Uno de los comportamientos más habituales es aprovechar el almuerzo y la cena para intentar llegar a esa cifra mágica. Y eso implica que bebamos un montón mientras comemos. ¿Lo estamos haciendo bien? Cada cierto tiempo circula ese mito que dice que no, que beber en las comidas es malísimo. ¿Tiene algo de verdadero?
«Mucha gente y muchos pacientes tienen dudas sobre esto», reconoce Gonzalo Guerra, director médico y fundador del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas de Madrid. Sin embargo, no todo el mundo se atreve a plantearle a su doctor la cuestión. ¿La razón? Miedo a resultar ridículos... Aunque no es ninguna tontería. «Nosotros recomendamos beber una pequeña cantidad de agua en las comidas, pero nunca en exceso». indica.
– ¿Cuánta es esa cantidad?
– Solemos decir que en torno a los 25 o 30 centímetros cúbicos de agua, lo que equivaldría a media botella de medio litro de agua mineral o un vaso de agua normal.

Esa cantidad de agua, además, nos va a ayudar «a digerir los alimentos, a que podamos disolverlos y hacer que los jugos gástricos trabajen un poquito mejor». Y sí, también nos va a servir para que no se nos haga bola en la boca, como cuando éramos críos: «Los hidrata y facilita la digestión», reitera Guerra.
Si llegamos a la mesa con los deberes por hacer, es decir, sin haber ido bebiendo a lo largo de la jornada, lo mejor es que no tratemos de revertir la situación. No es que nos vaya a pasar algo grave por intentarlo, pero probablemente acabemos con cierto malestar y comiendo, incluso, peor. «Lo que ocurre cuando bebemos más agua de la necesaria en estas situaciones es que aumentamos el volumen de llenado del estómago, con lo cual la sensación de saciedad va a ser mucho mayor y nos va a impedir comer correctamente».
Dicho más sencillo: que nos vamos a llenar de agua y luego apenas podremos probar bocado. Este truco lo utilizan las personas que están a dieta y quieren adelgazar, pero en realidad tiene pocos beneficios. Lo más probable es que vuelvan a tener hambre al poco tiempo y entonces las elecciones que hagan sean peor que ese filete o ese plato de legumbres que tenían delante y no han podido acabarse.
Contraindicaciones
Otra consecuencia de pasarnos en las comidas es que tengamos más gases, lo que algunas personas identifican con una mala digestión, pero no, el agua no es indigesta. Y aunque es cierto que los jugos gástricos se diluyen en ella, que es el argumento de muchos para decir que es mala en estas situaciones, el cuerpo es sabio y si para procesar lo que has comido necesita generar más, lo hará.
Solo el 20% de los españoles bebe cada día la cantidad media recomendada por los médicos
No obstante, sí hay personas a las que se les contraindica beber agua cuando ingieren algo. «Se trata de patologías muy concretas», detalla Guerra. Por ejemplo, a «pacientes con insuficiencia renal que están en hemodiálisis: tienen muy ajustada la cantidad de líquidos por un motivo obvio».
Otro caso, personas «con afecciones gástricas como gastritits, duodenitis o con mucho reflujo». Aquí «conviene restringir esos 30 centímetros cúbicos de agua con las comidas todavía más, puesto que no nos interesa el volumen añadido a la hora de comer». Pero fuera de ahí, la recomendación de beber es la misma que en el resto de casos.

Zumos, gazpachos, frutas... también cuentan
Aunque se habla de que hay que beber dos litros de agua al día como recomendación general, lo que dice la ciencia es que la «cantidad recomendada de líquidos que hay que ingerir al día es de tres litros y medio en el caso de los hombres y dos y medio en el de las mujeres», precisa Gonzalo Guerra, director médico del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas. Pero cuidado, el especialista enfatiza lo de líquidos: «Ahí se incluye también cualquier infusión, bebida que no sea agua, sopas, cremas, el agua que están en frutas y verduras...». Todo eso cuenta para mantenernos hidratados, que no nos lleve al error.
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