Bartali, campeón de la resistencia
El Museo del Holocausto rinde homenaje al mítico ciclista italiano, que salvó a 800 judíos llevando documentos ocultos en el tubo de la bicicleta
ÍÑIGO DOMÍNGUEZ CORRESPONSAL
Jueves, 26 de septiembre 2013, 13:15
A Gino Bartali la Segunda Guerra Mundial le cayó en pleno auge de su carrera y le robó sus mejores años. El legendario ciclista italiano, ... que ya había ganado dos Giros y un Tour, tenía 26 años cuando estalló la contienda y le dejó en el dique seco. Se dedicó a reparar bicis, pero hizo algo más. Entre 1943 y 1944 le sacó partido a su bicicleta en la red clandestina de ayuda a los judíos que montaron en Florencia el rabino Nathan Cassuto y el cardenal Elia Angelo Dalla Costa.
Muchos días dejaba dicho en casa que no le esperaran a cenar, que llegaría tarde porque iba «a hacer un largo», es decir, un entrenamiento de los buenos. Se pegaba palizas por las colinas toscanas, donde había judíos escondidos en iglesias y monasterios, e incluso hasta Perugia y Asís, a 200 kilómetros, donde una imprenta secreta falsificaba documentos para que pudieran huir. Hacía de correo, les llevaba documentos y fotos escondidos en la barra y el manillar de la bici. Así salvó a 800 personas, entre ellos muchos niños. Ayer el Yad Vashem, el museo del Holocausto de Jerusalén, le incluyó en su lista de 'justos de las naciones', el reconocimiento a quienes ayudaron al pueblo judío durante la persecución nazi.
Bartali podía moverse libremente, pese a las restricciones militares, porque tenía permiso para entrenarse. En los archivos secretos del Vaticano, de la curia de Florencia y del convento San Quirico de Asís se ha certificado que cumplió unas cuarenta misiones de este tipo, jugándose la vida. Su hijo Andrea ha recordado cómo le relataba «aventuras de guerra», que siempre cerraba advirtiéndole que no contara nada, porque «algunas cosas se hacen pero no se dicen».
En realidad estas historias han ido saliendo a la luz con los años y algunas de ellas las ha rescatado la revista de la Unión de Comunidades Hebreas Italianas. La última, esta misma semana, va más allá de la bicicleta: Bartali escondió a una familia, los Goldeberg, en un sótano de su propiedad en Florencia en los últimos días de ocupación nazi, hasta la llegada de las tropas aliadas. Lo ha contado el más pequeño, Giorgio, que tenía entonces 12 años. «Si estoy vivo y tengo 78 años se lo debo a Gino Bartali», ha declarado. «Bartali ha sido un campeón inmenso, en los pedales y en la vida», dijo ayer Guido Vitale, director de la revista. Tras la guerra al campeón le daban por acabado, porque emergía otro, Fausto Coppi. Pero a Bartali le quedaba cuerda para rato y volvió a ser grande. Aunque en cierto modo, pero solo lo sabía él, aquellos de la guerra quizá fueron los mejores años de Bartali.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.