El Museo de la Piedra, sine die

La cantera es conocida porque sirvió para suministrar de piedra durante su construcción, entre 1727 y 1755. a la Catedral de Málaga.

Aunque su actividad apenas duró 30 años, el Ayuntamiento veleño siempre ha pensado en este complejo como en un espacio temático dedicado a la historia del hombre y la piedra.

El recinto de la antigua cantera de Valle-Niza fue objeto entre los años 2003 y 2006 de una inversión de 1.200.000 euros por parte de los sectores en desarrollo de la zona que permitió la limpieza y adecentamiento del complejo. Las actuaciones llevadas a cabo entonces permitieron el ajardinamiento del conjunto y la realización de dos itinerarios o senderos peatonales para guiar las visitas de 1.168 y 970 metros de longitud, respectivamente. También se realizaron miradores desde los que contemplar las vistas que se divisan desde el macizo rocoso, a la vez que se procedió a la demolición de las antiguas casas de los canteros, que estaban parcialmente derruidas.

Cinco años después de aquellos primeros trabajos el Museo de la Piedra no parece encontrase entre las prioridades del nuevo gobierno en el Consistorio.

La razón, según el edil de Cultura, el popular José Antonio Fortes (PP), es que debido al momento actual de incertidumbre económica el proyecto no cuenta ni parece que cuente a corto plazo con el presupuesto necesario para llevar a cabo las actuaciones necesarias dirigidas a facilitar su apertura al público.

«No se ha realizado casi nada. Por no haber no hay ni proyecto. El museo como tal no existe», asegura Fortes, que desconoce asimismo la inversión que sería necesaria para convertir la cantera en un centro de interpretación de la piedra que se pueda abrir con todas las garantías.

Fortes señala además que se trata de una instalación que exige un mantenimiento constante. De hecho, según el edil, recientemente ha sido necesario realizar una limpieza bastante profunda de la vegetación que ha crecido en el complejo y que había invadido los senderos que deben recorrer los visitantes, conforme a diseño realizado por el anterior gobierno tripartito.

El complejo consta de un conjunto rupestre mozárabe de los siglos VIII-IX después de Cristo excavado en la roca, una ermita de siglo XVIII, dos minas, dos senderos y diversos paseros. La cantera se levanta a 15 metros sobre el nivel del mar, justo detrás del Castillo del Marqués de Valle-Niza. Su proximidad a la costa, fue un elemento clave a la hora de explotar la cantera, ya que facilitaba el transporte de las piedras.

La cantera vivió su mejor momento a partir de 1727, año en el que el maestro de obras de la Catedral, José de Bada, descubrió el lugar. La mayor parte del material procedente de Valle Niza se utilizó para la construcción de la única torre de la basílica malagueña. En el lugar llegaron a trabajar hasta un centenar de canteros, aunque problemas con la calidad de la piedra obligaron a abandonar su explotación en 1755.

El material procedente de la cantera de Valle Niza sirvió no obstante para abastecer de piedra a edificios monumentales tan destacados como el teatro romano y la Alcazaba de Málaga.