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Johnny Depp y Penélope Cruz, en una imagen de la película. A la derecha, arriba, Keith Richards caracterizado como el padre de Jack Sparrow. Debajo, Oscar Jaenada, que también interviene en el filme. :: SUR
El capitán Jack Sparrow no descansa nunca
FIND. CINE ESTRENOS

El capitán Jack Sparrow no descansa nunca

El personaje nos obliga a ponernos las gafas 3D para vibrar con la cuarta parte de la saga bucanera

BORJA CRESPO

Viernes, 20 de mayo 2011, 04:06

Cuarta entrega de una de las franquicias cinematográficas más rentables de los últimos tiempos. Supuestamente el asunto quedaba cerrado en una trilogía, que siempre queda cuco, pero el dinero manda y no están las cosas como para andarse con tonterías cuando hay matemáticas de por medio. Si bien la tercera parte de la saga se iba demasiado por las ramas, afectando al ritmo del espectáculo, el primer episodio y su continuación convencieron, con cierta unanimidad, al público y a la crítica, atendiendo, eso sí, al criterio de los especialistas defensores del buen cine de evasión.

La aventura vuelve a ser la protagonista absoluta en esta hazaña de Jack Sparrow, interpretado una vez más, con el gracejo e histrionismo habitual del singular Johnny Depp. La diferencia principal de 'Piratas del Caribe: En mareas misteriosas' respecto a sus predecesoras es su reparto. No repite la parejita (Orlando Bloom y Keira Knightley), pero a cambio tenemos a Penélope Cruz. No falta, afortunadamente, Geoffrey Rush, encarnando una vez más al carismático Capitán Barbossa (¡menos mal, un pirata de verdad!).

Tras ser enemigos aparentemente irreconciliables, Sparrow y Barbossa unen sus fuerzas en una peculiar alianza. Ambos quieren encontrar la mítica Fuente de la Juventud, un enigma que actúa como motor de la acción en este capítulo de estreno que llega a la cartelera para comérselo todo visto el panorama. Penélope se pone en la piel de un antiguo amor de Depp que parece jugar con los sentimientos del bucanero en su propio beneficio.

El amor y la traición brillan en una trama que hay que entenderla como otra excusa para desplegar la pirotecnia propia de la serie, la marca de la casa. 'Piratas del Caribe: En mareas misteriosas', rodada en Gran Bretaña, y, tal y como pide la historia, en cinco islas paradisíacas, también ha cambiado de director.

Esta vez está detrás Rob Marshall, responsable de 'Chicago' (¡cielos!), que ha rodado el filme en 3D para el estremecimiento de la taquilla. Volviendo al casting, atención al plantel de actores secundarios, entre ellos Ian McShane, visto en 'Death Race' y la estupenda serie de televisión 'Deadwood', aquí dando vida y poniendo mala uva al temible Barbanegra.

Keith Richards regresa para hacer un cameo encarnando al padre de Sparrow, y hay otra participación cañí, la de Oscar Jaenada, vistiéndose de pirata para la ocasión antes de haber hecho lo propio en Telecinco junto a Pilar Rubio para el deleite de televidentes poco exigentes.

Penélope, desatada

Penélope Cruz sigue desatada. En 'Piratas del Caribe' da la réplica a un peso pesado como Johnny Depp, con el que ya coincidió en 'Blow'. Interpreta a Angélica, una suerte de Jack Sparrow con curvas, igual de aventurera, tramposa y astuta. Además comparte con él un tormentoso pasado. Es una mujer que dice mentiras que son verdad y verdades que son mentira. Algunos la relacionan con Barbanegra. ¿Será su hija en realidad?

Toda su obsesión es salvar el alma del gran bucanero. Otro misterio más en el agitado relato marino. El rol de Penélope Cruz se revela además como una maestra de los disfraces. ¿De quién habrá aprendido su arte? Hagan sus apuestas. El juego entre Angélica y Sparrow, con tensión sexual incluida, vertebra una cinta que pretende caldear la cartelera.

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