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:: MIKEL CASAL
TERRITORIOS. HISTORIA

La ciencia falsificada de Lysenko

Al intentar doblegar el conocimiento a la política, causó hambruna y sumió en el atraso la biología de su país

MAURICIO-JOSÉ SCHWARZ

Sábado, 6 de noviembre 2010, 02:25

El 20 de noviembre de 1976 moría en Kiev, Ucrania, entonces parte de la URSS, Trofim Denisovich Lysenko, cubierto de honores por sucesivos gobiernos desde Stalin y que había sido la fuerza más relevante de la agricultura soviética (y en gran medida china) durante décadas.

Hijo de campesinos ucranianos, Lysenko estudió en el Instituto Agrícola de Kiev para luego trabajar en una estación experimental agrícola. Allí, en 1927, anunció un método para obtener cosechas sin fertilizantes y dijo que podía obtener una cosecha invernal de guisantes. El diario oficial soviético 'Pravda' elogió sin límites a este «científico campesino» como prototipo de héroe soviético.

Lysenko sabía poco de herencia y genética, pero creía que los organismos cambiaban su genética de acuerdo al medio ambiente, siguiendo la teoría lamarckiana.

Jean-Baptiste Lamarck (1744-1829) fue uno de los primeros proponentes de la evolución de las especies, pero pensaba que su mecanismo era que los caracteres adquiridos podían heredarse. Por ejemplo, cortarle las orejas a un perro adulto haría que su descendencia naciera con orejas cortas. Los experimentos demostraron que esto no ocurre, y pronto Charles Darwin propuso una teoría correcta, basada en la variación genética natural de los seres vivos.

De vuelta en Ucrania, y junto con el filósofo I. Prezent, Lysenko desarrolló sus ideas como un rechazo a la genética de Mendel, «capitalista y burguesa». Para los dirigentes soviéticos, no era cuestión de verdad o falsedad, sino de tener bases para asegurar que los cambios que experimentara la clase trabajadora definirían fatalmente el futuro.

Las afirmaciones exageradas de Lysenko sobre su capacidad de obtener cultivos abundantes y en clima adverso, y sus afirmaciones sobre híbridos absurdos (llegó a afirmar que podía hacer que plantas de trigo produjeran semillas de centeno y cebada) entusiasmaron a Stalin tanto como su capacidad retórica. Para los científicos sus posiciones voluntaristas y poco rigurosas resultaban casi risibles, pero dejaron de serlo cuando se vieron acompañadas de un inmenso poder político.

En 1929, Stalin declaró que se debía privilegiar la «práctica» sobre la «teoría», donde la visión del partido era más importante que la «ciencia», y que ir al campo y hacer cosas era mejor que estudiar cosas extrañas en un laboratorio. Esto se ajustaba a Lysenko como un guante.

Las purgas

Cuando en 1935 fue puesto al frente de la Academia de Ciencias Agrícolas de la URSS, Trofim Lysenko empezó una larga purga de científicos de ideas «incorrectas» o «perjudiciales». El más importante biólogo soviético y padre de la genética rusa, además de feroz crítico de Lysenko, Nikolai Vavilov, murió de hambre en las cárceles de la policía política, la NKVD, en 1943, después de tres años de confinamiento por orden de Lysenko. La genética desapareció como disciplina en la URSS y la biología, la herencia y la medicina se vieron contaminadas con sus ideas descabelladas.

Pronto, en las escuelas soviéticas se enseñaban cosas como que el gen es una parte mítica de las estructuras vivientes que en las teorías reaccionarias, como el mendelismo-veysmanismo-morganismo, determina la herencia. Los cientificos soviéticos bajo el mando de Lysenko probaron científicamente que los genes no existen en la naturaleza.

Tales pruebas eran, por supuesto, imaginarias. Las teorías de Lysenko eran producto de la filosofía política y no de la práctica de la ciencia. Y sus técnicas se aplicaban por decreto en el campo soviético y sin haberlas probado científicamente. Esto, junto con la colectivización forzada del campo que implantó Stalin, ocasionó hambrunas varias.

Nada de esto impidió que siguiera siendo la máxima autoridad en biología en la Unión Soviética, al menos hasta el 5 de marzo de 1953, cuando murió Stalin. Durante su 'reinado', más de 3.000 biólogos fueron despedidos, arrestados o ejecutados.

El maoísmo

El sucesor, Nikita Kruschev, mantuvo a Lysenko en su puesto, pero al emprender la «desestalinización», y sabiendo, como campesino que era, que las ideas de Lysenko no habían beneficiado la agricultura soviética, abrió la posibilidad de tolerar las críticas al todopoderoso agrónomo.

Mientras decaían en la URSS, las ideas de Lysenko fueron adoptadas por el Gobierno chino. Mao llamó «El Gran Salto Adelante» a la implantación del lysenkoísmo y la colectivización forzosa del campo con el mismo resultado amplificado: la terrible hambruna china de 1958-1961 que mató a entre 30 y 40 millones de personas, más de los que había perdido la URSS en la SGM.

En 1961, algunos miembros del Gobierno chino se rebelaron a las ideas de Mao y ordenaron el abandono de sus políticas en diversas provincias, deteniendo la hambruna. Un año después, tres físicos soviéticos proclamaron que el trabajo de Lysenko era falsa ciencia. Lysenko fue destituido, pero no se le criticó oficialmente hasta que Kruschev fue retirado del poder en 1964, y una comisión oficial investigó su granja experimental, demostrando su total falta de rigor y seriedad científica.

Ese año, el físico nuclear Andrei Sakharov, hoy Premio Nobel, dijo en la Asamblea General de la Academia de Ciencias que Lysenko era responsable del vergonzoso atraso de la biología soviética y de la genética en particular, de la divulgación de visiones seudocientíficas, de aventurerismo, de la degradación del aprendizaje y por la difamación, despido, arresto, incluso muerte, de muchos científicos genuinos.

El daño hecho por Lysenko, visto a la distancia del tiempo, fue quizá el ejemplo más aterrador del peligro que corremos todos cuando la política pretende decretar la ciencia en lugar de utilizar y entender la ciencia real.

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