Varela se deshace de Falange en la causa contra Baltasar Garzón

Varela notificó a la Falange que está fuera del proceso contra Garzón porque no entregó a tiempo -la medianoche del jueves- el escrito de acusación corregido según los criterios que el miércoles marcó el instructor, después de haber detectado en el documento múltiples irregularidades que impedían su admisión. El magistrado dictó ese día una resolución en la que daba a Falange 24 horas para entregar un nuevo escrito del que desterrase las numerosas valoraciones ideológicas y comentarios personales sobre el imputado que lo alejaban del objeto del proceso y lo convertían en un galimatías para las defensas. El partido ultraderechista, que va a recurrir la decisión, no depositó el documento en el Tribunal Supremo hasta el mediodía de este viernes, con la providencia de exclusión ya dictada.

Sin embargo, la expulsión de Falange no supone el archivo de la causa contra el magistrado de la Audiencia Nacional porque, en la misma providencia, Varela admite a todos los efectos los escritos de acusación corregidos de las otras dos acusaciones populares, el sindicato ultraderechista Manos Limpias y la asociación Libertad e Identidad, que en este caso sí que fueron entregados en plazo. Manos Limpias también tuvo que modificar su escrito a requerimiento del instructor, quien lo encontró inadmisible en su primera redacción, ya que incluía un gran número de páginas con hechos «ajenos a lo que constituye el proceso». El documento de Manos Limpias, como el excluido de Falange, reclama el enjuiciamiento de Garzón por un delito de prevaricación y solicita para el juez la mayor sanción prevista en el Código Penal: 20 años de inhabilitación profesional.

Recurso

Los requerimientos judiciales para la modificación de los escritos de acusación, que han facultado al instructor para expulsar a Falange, pueden ser también el origen de su próximo quebradero. El abogado de Baltasar Garzón presentó ayer un recurso ante la Sala de lo Penal del Supremo en el que reclama la nulidad de los requerimientos del juez, de los escritos de acusación de las tres organizaciones -tanto los primeros como los posteriores- y, en definitiva, de toda la causa contra su cliente, por considerar que han quedado contaminados por la actuación «parcial» de Varela.

La nulidad de los escritos obligaría a archivar el proceso por falta de acusación. Son los únicos documentos que pueden sentar a Garzón en el banquillo porque la Fiscalía no acusa ya que no ve delito alguno en su instrucción sobre los crímenes del franquismo y ha pedido el sobreseimiento de la causa.

El recurso señala que Varela, al reclamar la corrección de los errores de los escritos de acusación, hizo algo «no amparado en ningún precepto legal», rompió su «imprescindible neutralidad» de instructor en «una labor más próxima a una asesoría o consejo jurídico» que «perjudica al resto», dio «oportunidades atípicas y extraprocesales a una de las partes» y vulneró los derechos al juez imparcial, a la defensa y a la presunción de inocencia del imputado.

La expulsión de Falange se produjo el mismo día en que la Sala Especial del Supremo comunicó a las asociaciones para la recuperación de la memoria histórica y a la nieta del ex presidente Juan Negrín que rechazaba, «por manifiesta carencia de fundamento», las recusaciones que presentaron para que el presidente del tribunal y buena parte de su miembros quedasen apartados de la causa contra Garzón. La recusación principal pretendía que se inhibiesen por haber jurado lealtad a los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional franquista para su ingreso en la carrera judicial.

Protesta

Estas organizaciones, con el apoyo de partidos y sindicatos, protagonizarán hoy una gran protesta en toda España en defensa de Garzón y del final de la impunidad de los crímenes de la dictadura. Hay convocadas 21 manifestaciones en las principales ciudades españolas y concentraciones ante las embajadas de México, Londres, París y Buenos Aires. El acto central recorrerá el centro de Madrid y concluirá con la lectura de un manifiesto en la Puerta del Sol por parte del director de cine Pedro Almodóvar.