La UMA renueva su compromiso con el desarrollo de Málaga al recibir la medalla de oro de la ciudad

El portavoz de Unidas Podemos, Nicolás Sguiglia, habló de la utilidad de las universidades públicas y dijo que defenderla es defender la democracia. Daniel Pérez, portavoz del grupo municipal socialista, recordó que la creación de la Universidad de Málaga fue una reivindicación democrática. «Los malagueños no queríamos ser inferiores o subsidiarios de otras universidades», dijo, para asegurar que «Málaga es una tierra de oportunidades gracias a la UMA». El portavoz popular, Carlos Conde, realizó un recorrido histórico por los intentos de lograr que Málaga tuviera su propia universidad. Señaló que la relación entre el Ayuntamiento y la Universidad ha sido «sincera, cordial y fructífera». Noelia Losada, por Ciudadanos, dijo que es también una medalla a la ciudad de Málaga, al éxito colectivo que representa su universidad.

El rector, José Ángel Narváez, afirmó que la concesión de la medalla de oro de la ciudad representa para la UMA «un alto honor, porque viene de los representantes de los ciudadanos». Consideró al Ayuntamiento «un compañero de viaje» en estos primeros cincuenta años de vida, un importante respaldo. Afirmó que recibir la medalla de oro de la ciudad y la declaración de Hija Predilecta «supone un enorme privilegio» que quiso compartir con la comunidad universitaria en general, pero en especial con los rectores que le han precedido.

En el salón de plenos estuvieron el primer rector electo de la UMA, José María Smith Ágreda, y José María Martín Delgado. También el presidente de la Diputación, Francisco Salado, el presidente del Consejo Social de la UMA, Antonio Luis Urda, o el delegado de Desarrollo Educativo y Universidad, Miguel Briones. Acompañaban al rector su equipo de gobierno, decanos de facultades y directores de escuelas técnicas.

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Emocionado recuerdo del alcalde a los impulsores; entre otros, su padre

El alcalde, Francisco de la Torre, no pudo reprimir su emoción al referirse en su discurso a la Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga, impulsada, entre otros, por su padre, Francisco de la Torre Acosta, que tuvo un papel determinante en la creación de la Universidad de Málaga, aprobada finalmente en 1972. «La fortaleza de la Universidad nos da una seguridad inmensa», afirmó el alcalde. La consideró también protagonista del desarrollo cultural, económico o tecnológico experimentado en Málaga en estos últimos 50 años. Por esto, afirmó que la UMA está cumpliendo la tarea por la que la sociedad malagueña salió a la calle reclamando su propia universidad. «Sois centro de reflexión, de motivación y de diagnóstico. Nos jugamos mucho en que la universidad sea cada día mejor» y animó al rector a buscar talento «dentro o fuera de España».

El rector aseguró que la universidad es «un proyecto colectivo, de ciudad» y recordó que los esfuerzos por conseguirla fue algo inédito en la España de la época, pues se luchaba y los malagueños se manifestaban por la cultura y la educación. Narváez defendió el papel de la universidad pública y su función de «ascensor social» y reafirmó su convicción de que debe contribuir a la formación de profesionales, pero sin olvidar los valores éticos y sociales.

Según el rector, la UMA está abierta al mundo desde Málaga, y mirando a Málaga desde el mundo, como eje y motor de la transformación social. «Somos una parte de Málaga, de esa Málaga contradictoria, actual y moderna, cultural y tecnológica». El rector ofreció así su compromiso para un nuevo pacto social para que desde la Universidad se contribuya al progreso económico y social, pero haciendo posible una sociedad más justa y solidaria. Y al alcalde mostró su disposición para que desde la UMA también se trabaje para hacer realidad la Expo 2007.