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El consejo social de la Universidad de Málaga (UMA) da el aprobado a los presupuestos para el 2025, el primero marcado por la necesidad de ... afrontar unos ajustes que devuelvan la estabilidad financiera a la universidad. Las cuentas ascienden hasta los 321 millones de euros, un 2,9% más que las de 2024, que fueron prorrogadas por el anterior equipo de gobierno de José Ángel Narváez. Una decisión que se justificó en su momento para dar libertad al nuevo rector, Teodomiro López, a diseñar su propia hoja de ruta presupuestaria. Una confección que luego ha quedado marcada por la complicada situación que atraviesa la UMA a nivel económico y que hizo necesario un crédito de 48,5 millones por parte de la Junta de Andalucía para evitar una intervención directa y garantizar los pagos a proveedores.
Si se desglosa este presupuesto, la partida más importante es la que procede de las transferencias corrientes. Representan un 69% del total y aumentan en un 3% con respecto al año anterior. Estas transferencias corrientes hacen referencia a los recursos, condicionados o no, recibidos por la universidad sin contrapartida directa por parte de ésta.
El rector de la UMA valoró estos presupuestos como el primer paso para «pasar página» a un contexto negativo y centrar los esfuerzos en la parte académica. «Yo estoy convencido de que acaba de empezar ese trayecto. Ahora estamos en una situación económica de certidumbre. La certidumbre económica la da un presupuesto. Aunque sea uno de mínimos y que debe estar en crecimiento. Pero nos permite empezar a tener la universidad que queremos», añadió.
El mayor gasto asignado al presupuesto es el de personal, con 220 millones de euros. Supone un 70% del total y ya está condicionado por el plan de estabilidad financiera vinculado al crédito mencionado al inicio de la información. Los gastos corrientes se reducen en un 1,8% y también se disminuyen las partidas correspondientes a los vicerrectorados en un 8,4%. Como contrapartida, se aumenta el gasto en los centros y departamentos en un 22,1%.
Además, según la UMA, se contemplan reducciones en las tasas de reposición del personal docente e investigador y en las de técnico de gestión y administración en los próximos tres años. Estos recortes suscitaron la semana pasada las primeras protestas visibles, cuando un grupo de profesores se manifestó frente al rectorado para exigir que la UMA saque nuevas plazas de catedrático.
En cuanto a la previsión de ingresos, la UMA estima que ingresará unos 238 millones de euros con cargo al modelo de financiación. Este ingreso representa un incremento de siete millones respecto al año anterior. Entre las medidas destacadas en este capítulo se prevén varias actuaciones que aumentarán los ingresos patrimoniales de la universidad, como es el caso de la construcción y explotación de una nueva residencia de estudiantes.
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