¿Por qué estudiar Filosofía?

Antonio Diéguez, catedrático de Filosofía en la Universidad de Málaga, apela a la «utilidad» de la materia, que enseña el bagaje histórico y cultural de la Humanidad y que, de alguna manera, trata temas de interés general, del sentido de la vida o de la justicia social, «problemas que a todos nos preocupan», señala. Estudiar a los autores del pasado «nos ayuda a entender lo que pasa hoy día, aunque solo sea para corregir errores y no volver a cometerlos». Comenta además que la filosofía «ha sido la madre de la Ciencia, el tronco común del que han salido buena parte de las ciencias». Pone como ejemplo la lógica matemática, que tiene su raíz en la lógica filosófica de principios del siglo XX y que hoy día es base de las ciencias de la computación o la inteligencia artificial. «Aunque la ciencia ya no necesite la filosofía para su desarrollo, lo cierto es que puede ayudar a introducir claridad en algunos conceptos y valorar las implicaciones sociales, éticas o políticas del desarrollo científico y técnico», apunta. Incluso en el ámbito de la política, recuerda la multitud de ideas que han partido de la filosofía, como la libertad o la igualdad.

Y corrientes modernas, como el animalismo o el vegetarianismo, tienen su origen en el pensamiento filosófico, en este caso en el libro 'Liberación animal', que escribió en 1975 el filósofo Peter Singer. De esta manera, según Antonio Diéguez, la filosofía «va modificando nuestra manera de ver el mundo, nuestras ideas políticas y nuestras instituciones, al tiempo que ayuda a derribar viejos conceptos ya obsoletos».

Rafael Guardiola, presidente de la Asociación Andaluza de Profesores de Filosofía, considera que esta materia «nos anima a cultivar la sospecha y a mantener activa la curiosidad». Una actitud que «está a flor de piel en los jóvenes primates. La reflexión crítica y empática que nace de la Filosofía ayuda a que la mosca pueda salir de la botella o de la caverna de Platón, desarrollando la capacidad argumentativa, la admiración por la belleza y el rigor de las ciencias», señala. La clave está, a su juicio, en la creatividad y la rebeldía: «Parafraseando a Epicuro, es un buen remedio frente a los miedos que nos asaltan y nos previene frente al adoctrinamiento y la incertidumbre».

Inmaculada Gutiérrez, profesora del IES Playamar de Torremolinos, ha leído en la facultad el manifiesto en apoyo a la Filosofía. Considera que, además de fomentar el espíritu crítico entre los jóvenes, se trata de ayudar a crear «ciudadanos autónomos, que tengan independencia mental y puedan hacer las cosas de una manera independiente». En su opinión, la Filosofía ayuda a formar y fortalecer conceptos como justicia o igualdad. «Los valores universales de una sociedad democrática se aprenden en nuestras clases», apunta.

Profesor en el IES Torre Atalaya, Benito Arias explica que la filosofía puede considerarse en su historia, como se hace en 2.º de Bachillerato o en sus temas, como en primero. «La historia de la filosofía conecta con el origen de la ciencia occidental, la ética y el pensamiento político. Es la mejor manera de contextualizar la cultura occidental y una fuente continua de asombro para quien cree que los saberes nacen con nuestra época», aclara. Por lo que respecta a las temáticas, son «las que todos podemos plantearnos en algún momento sobre qué es verdad, qué es justo, qué es bueno, qué es lógico o qué es lo contrario de todo esto. Estos temas son hoy tan actuales como lo han sido siempre, y conocer las ideas filosóficas ayuda a aclarar las posiciones propias y comprender las de los otros».

El decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Juan Antonio Perles, destaca que en estos últimos cursos el grado de Filosofía ha completado todas sus plazas de nuevo ingreso, lo que indica un mayor interés por parte del alumnado. Indica que los jóvenes adquieren competencias reflexivas, aprenden a cuestionarse la realidad ya a buscar nuevas formas de entenderla. «En este mundo de posmodernidad, de noticias falsas y sobrecarga de información es necesario pararse un momento y reflexionar para el pasado, presente y futuro, y esto es algo que estudia y promueve la filosofía», manifiesta el decano.

María Aragüe, malagueña, estudia segundo curso. Teme que la reducción de horas tenga consecuencias en su futuro laboral, en el que la docencia es casi la única salida. Hasta Bachillerato no había tenido contacto con la Filosofía, una materia que le ha permitido «conocer un mundo nuevo, saber razonar, pensar. Me dolió no haberla conocido antes», decía ayer tarde la joven. Por su parte, Silvia, cordobesa de tercer curso, aseguró que Filosofía debe ser una materia que debe estar más presente en los institutos, incluso en Primaria debería estudiarse. Sus profesores la ayudaron a descubrir este campo y cambiaron su vocación: de la ingeniería se pasó a la filosofía.