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Es uno de los momentos más ansiados para cualquier joven que ha acabado su formación universitaria o está a punto de hacerlo: la firma del ... primer contrato laboral en una empresa que se dedica a algo relacionado con lo estudiado. Un camino para alcanzar esta meta son las prácticas. La formación teórica es la base, pero se sabe que los empleadores valoran cada vez más la manera en la que los potenciales candidatos para un puesto se desenvuelven sobre el terreno. Desde 2005, la Universidad de Málaga (UMA) cuenta con Ícaro, una plataforma que conecta a los alumnos con las empresas que quieren ofertar prácticas. En el curso 2023/2024, se realizaron un total de 1.685 y algunas de estas prácticas dieron luego lugar a una contratación posterior en la misma empresa. Concretamente, un 22,6%. Este dato queda reflejado en el último informe del Observatorio de Empleo de la UMA para medir la calidad de las prácticas, y al que ha tenido acceso este periódico. Significa que uno de cada cinco alumnos de la UMA que hizo prácticas el curso pasado prolongó su vinculación laboral, pero ya como personal en plantilla.
«Las prácticas extracurriculares representan un mecanismo magnífico de entrar en las empresas. Vemos como muchos alumnos que las hacen acaban colocados», resalta el vicerrector de Empleabilidad de la UMA, Juan Carlos Rubio. Las prácticas extracurriculares, que son las que recoge Ícaro, se diferencian de manera sustancial de las prácticas curriculares, que no dejan de ser una asignatura más. Rubio deja caer que estas últimas son más un trámite para las empresas, mientras que la exigencia «sube en las extracurriculares». De hecho, las extracurriculares están retribuidas de manera económica (mínimo 360 euros al mes). No obstante, Rubio destaca que cualquiera de las dos representan «una oportunidad para los alumnos» y anima a no desaprovecharlas.
Alfredo Bermúdez, de 22 años, es uno de estos alumnos que han logrado recorrer la pasarela de unas prácticas a un contrato laboral. Estudiando Administración y Dirección de Empresas en la Facultad de Económicas, hizo unas prácticas en la Asociación Arrabal-AID. Los tres meses iniciales se convirtieron en nueve. Entonces, llegó el ofrecimiento de un contrato. Preguntado por cuál cree que fue la clave principal para un paso exitoso por sus prácticas, lo tiene claro: «Tomar las prácticas como si fueran un empleo más. Es una oportunidad para mostrar tus capacidades y demostrar que puedes ser un valor añadido para la empresa». En estos momentos, realiza tareas de consultoría y se muestra satisfecho por haber encontrado hueco en un mercado laboral competitivo. «Si eres responsable y ofreces una buena actitud, vas a notar que con el avance de las prácticas te vas a sentir como uno más».
Al margen de la empleabilidad, el mencionado informe representa una radiografía detallada de las prácticas que se realizan en la UMA y permite establecer varias conclusiones. Una es el descenso en el número de prácticas realizadas con respecto al curso 2022/2023, cuando se llegó a las 2.294. En comparación, las 1.685 representan un 25,6% menos.
La distribución por sexos señala que el 44,8% de las prácticas fueron realizadas por hombres y el 55,1% por mujeres, a la vez que el peso de las prácticas se distribuye en el grupo de edad que va de los 20 a los 26 años. El 75,7% de las prácticas se mueve en esta franja mientras que el 20,06% pertenece al grupo de 26 a 30 años.
Administración y Dirección de Empresas es la carrera que más prácticas ofrece a sus estudiantes a través de la plataforma Ícaro. En el curso 2023/2024 fueron un total de 105, seguida por la carrera de Relaciones Laborales con 100 y Marketing e Investigación de Mercados con 92. En el extremo opuesto de las titulaciones se encuentran carreras que apenas ofrecen prácticas, como es el caso de varias titulaciones en las que solo se ha ofertado un puesto para una práctica por curso. Así fue en Logopedia, Educación Primaria, Historia del Arte, Ingeniería Informática y en Matemáticas, Fisioterapia y Medicina. El vicerrector de Empleabilidad de la UMA, Juan Carlos Rubio, recuerda que el programa de prácticas está más implantado en aquellas titulaciones que tienen una conexión directa con el mundo de la empresa privada. Las carreras que se mueven en un horizonte laboral del empleo público ofrecen menos experiencias de este tipo. Rubio insiste a SUR en los esfuerzos que realiza la UMA para ampliar el catálogo de empresas que forman parte de la plataforma Ícaro. «Aunque parezca extraño, todavía hay empresas que desconocen la oportunidad de ofrecer sus prácticas», lamenta. En cuanto a sectores, el que más prácticas abarca, con diferencia, es el de servicios, En concreto, con un 79,2%. El 13,3% de las ofertas se engloban en el sector de la industria mientras que el 6,5% en el de la construcción y, como algo testimonial, el 0,87%, en el sector de la agricultura
En relación a la retribución económica, la mayoría de las prácticas se mueve en la franja de los 360 euros. En concreto, un 47,6%. En la franja de 360 a 600 euros se está el 46,03% de las prácticas hechas en el último curso. Las prácticas con sueldos superiores son testimoniales. El 4,7% estaban retribuidas con un salario entre 600 y 900 euros. Solo el 1,5% de las prácticas contaban con un salario por encima de los 900 euros.
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