El Unicaja vence al Obradoiro en un partido de altísimo nivel (82-76)

El Unicaja no tiene respiro después de este gran esfuerzo y este lunes a mediodía pone rumbo a París donde el martes le espera el Metropolitans 92 en la sexta jornada de la Eurocup (20.45 horas, DAZN).

No hubo sorpresas en el planteamiento de los dos equipos en el arranque del choque, con el Unicaja centrado en surtir de balones a Thompson y Bouteill, y el Obradoiro buscando a sus pívots. Al final fue el conjunto gallego se impuso por completo. Si en los primeros instantes la defensa malagueña lograba impedir que Birutis recibiese cómodo, en cuanto se produjeron los primeros desajustes, el Unicaja no encontró la fórmula para frenar al lituano. Una y otra vez lograba anotar y, cuando lo podía, lograba doblar el balón para un compañero que se beneficiaba de las ayudas que la defensa hacía sobre él. Para que los aficionados lo entiendan, fue lo mismo que sucedió en el partido contra el Tenerife con Shermadini y Doornekamp, aunque no tan descarado. En este caso fueron Czerapowicz y Cohen los beneficiados. Del 8-7 se pasó al 8-16.

Al Unicaja se le complicaron las cosas más todavía, porque la defensa del Obradoiro era fortísima sobre sus exteriores, tanto que sólo pudo lanzar una vez de tres, un triple convertido por Alonso, algo poco habitual. Así, el primer cuarto se cerró con 17-25 a favor de un Obradoiro que fue el que marcó el ritmo.

La presencia en la pista de Jaime Fernández en el arranque del segundo cuarto fue clave para que el Unicaja volviese al partido. Sus tres primeras acciones fueron tres asistencias, la cuarta una canasta de fantasía y la quinta, un triple frontal (30-31). El madrileño es un jugador diferencial en este equipo y volver a verlo a ese nivel es sensacional, porque hace cosas distintas, inventa, genera mucho juego y sabe dónde poner el balón en cada momento. Mientras tanto, Birutis seguía a los suyo. El lituano anotó todos los puntos de su equipo en el segundo cuarto hasta el minuto 15. Cuando se sentó con 32-36 acumulaba 18 puntos, con un solo fallo, y 3 rebotes para 24 de valoración.

No aprovechó el Unicaja su ausencia para darle la vuelta al partido, al contrario. El Obradoiro encontró la vía de los triples para elevar su renta otra vez hasta los diez puntos (32-42). Los primeros minutos de Carlos Suárez en el Unicaja dieron un punto más de solidez a la defensa con Thompson de cinco, que volvió a ser resolutivo en ataque. Un triple sobre Alonso culminó una buena jugada del Unicaja para apretar el partido al descanso (42-43).

Después de lo visto en los primeros veinte minutos quedaba la duda de si el Unicaja encontraría una solución para frenar a Birutis. Varias canastas fáciles del Obradoiro hicieron pensar que no, pero la actividad defensiva del Unicaja había crecido. Gerun lograba impedir que el lituano recibiese y por ahí empezó la reacción. El Unicaja cerró esa vía y pudo jugar más cómodo. Francis Alonso seguía perfecto y un triple suyo abrió la remontada. Del 42-48 se pasó al 55-53 sin que el lituano viese aro. Buena noticia. Pero el equipo malagueño no pudo mantener la tensión en los dos lados del campo. Sin los punto de Alonso, el Obradoiro volvió a tomar ventaja en el partido con un Robertson brillante que martilleaba desde la línea de tres (62-66, min.30).

En un partido de enorme nivel, el arranque del último cuarto fue un intercambio total de golpes. Robertson daba por el Obradoiro y Brizuela respondía a todo. El vasco firmó unos minutos geniales con once puntos seguidos que permitieron la remontada de su equipo, culminada con un triple de Waczynski (71-70). Después de muchos meses, el Unicaja volvía a jugar con una configuración que le ha funcionado a la maravilla, la de cuatro nacionales (Díaz o Fernández, Brizuela, Suárez, Waczynski y Guerrero). Fue esto lo que cambió por completo el partido. Merece la pena destacar a Suárez, que después de varios partidos jugando muy poco dio el punto de agresividad en defensa y lectura en ataque que el equipo precisaba. El partido lo remató Waczynski con dos triples excelentes a los que el Obradoiro ya no pudo responder.