El Unicaja, contra las lesiones, la pandemia y su maldición en Las Palmas

El Unicaja viajó esta mañana al final sin Mekel, que ya fue baja en los dos últimos choques por unas molestias musculares en uno de sus aductores, lo que ha provocado que Alberto Díaz haya tenido que acaparar casi todos los minutos, apoyado por Brizuela incluso en la labor de dirección ante el Buducnost el miércoles.

Y es que al Unicaja se le han escapado dos piezas esta semana contagiadas por el coronavirus. La primera ausencia, un positivo detectado el martes, se hizo notar ya en la cita de la Eurocup, y la segunda, descubierta el viernes tras nuevos test, se conocerá hoy, cuando los jugadores salten a la cancha a calentar. El club difundió el viernes fotos del entrenamiento en el que se descubría con normalidad a seis jugadores de la plantilla, descartados en este capítulo de desgracias. En todo caso, la rotación se reduce hoy a nueve jugadores, más Nzosa y algún otro canterano, pues siguen sin contar Jaime Fernández ni Milosavljevic.

Encadenar tres triunfos

El Unicaja tiene en su mano encadenar tres victorias, lo que no logra desde el 5 de febrero. Después de vencer en Valencia (66-71) y de superar al Buducnost (91-87), dos citas exigentes, espera desquitarse en Las Palmas, donde ya sea en el antiguo Centro Insular de Deportes o en el actual Gran Canaria Arena la sangría está siendo mayor que en escenarios más complicados, como los del Real Madrid, Barça o Baskonia. De hecho, son diez derrotas en las últimas once visitas al Herbalife Gran Canaria, al que no se gana a domicilio desde el 67-74 de la campaña 2014-15, con Joan Plaza. Incluso, en sus cuatro últimos enfrentamientos allí cayó por una media de 17 puntos: 98-65 (2015-16), 76-71 (2016-17), 76-55 (2017-18) y 85-76 (2018-19). Y hay que recordar la derrota de Benahavís en un amistoso veraniego (75-83).

Pero no le está resultando nada sencilla al Herbalife la transición entre Fotsikaris y Fisac. El equipo he empezado con un inquietante 1-4 en la Liga, tras derrotar sólo al RETABET Bilbao, y en la prórroga. Cedió ante el San Pablo Burgos (92-60), el Casademont Zaragoza (88-71), el Real Madrid (65-90) y el jueves en la pista del Movistar Estudiantes (94-68) en circunstancias en las que se desmorona a poco que empieza a torcerse todo. Los fichajes de Albicy (Zenit), Ferrari (Baxi Manresa), Della Valle (Olimpia Milan) y Wiley (Panathinaikos) no están mejorando a una plantilla ya sin Omar Cook, Rabaseda (Burgos), Paulí (Andorra), Radicevic, Harper ni Bourousis. «Estamos decepcionando a la afición. Tenemos una sensación de que se puede hacer mucho más, y los rivales se están riendo de mis jugadores en los partidos. Hay situaciones en las que la debilidad mental es muy grande y nos están costando dos cosas: rebotear y defender», criticó severamente el técnico segoviano sobre los suyos en la víspera de la cita.

A falta de conocer si Nzosa es uno de los afectados por los contagios sufridos esta semana en el equipo, uno de los detalles del partido es la presencia en las filas de los contendientes de dos de los mayores talentos nacidos en 2003, según los medios especializados. Junto al congoleño, que ha llegado a convertirse ya en algún partido en el líder de la rotación interior del Unicaja, en el Herbalife Gran Canaria emerge también el escolta dominicano de 1,88 metros Jean Claudio Montero, unos meses mayor (es de julio, y por eso ya ha cumplido los 17 años) y que de momento sólo jugó esta campaña en la pista del Casademont Zaragoza (con 10 minutos 5 puntos y 3 rebotes).