Un Unicaja demasiado complaciente pierde ante el Galatasaray (86-84)

Como suele ocurrirle en muchos partidos, el Unicaja comenzó el choque contra el Galatasaray bajo de revoluciones y sin intensidad alguna. Esta actitud facilitó por completo las cosas al conjunto turco, en el que Palmer comandaba las operaciones por completo, no a nivel de anotación, pero sí en cuanto a control del juego. El Galatasaray sólo falló un lanzamiento en los primeros cinco minutos lo que da una idea de la escasa oposición que encontró, lo que le permitió colocarse 19-10. La buena entrada de Tillie reactivó el juego cajista, que empezó a coger consistencia, lo que dificultó las cosas a su rival. Un triple de Carter confirmó la reacción para dejar el marcador 24-21 al final del primer cuarto.

El descanso entre cuartos desactivó la tendencia que llevaba el choque y devolvió al Unicaja pasivo del comienzo. El parcial fue de 9-0 e Ibon Navarro tuvo que parar el partido con 33-21 en el marcador. «¡A qué estáis jugando!» le gritaba el técnico a sus jugadores en el banquillo después de varias pérdidas y de ver cómo Delgado y Young anotaban después de sendos rebotes ofensivos. La bronca del vasco tuvo un efecto inmediato entre sus pupilos, pues desde este tiempo muerto el Unicaja fue otro. Llegaron los triples de Pérez y Taylor, también las primeras canastas de Osetkowski y el Unicaja completaba la remontada con un parcial de 2-15 hasta el 35-36. Al margen de los puntos, fue clave la defensa de Kalinoski sobre Palmer, que ya no encontraba espacios para pasar y anotar. Visto lo visto y con empate a 38 cara a la segunda mitad, parecía que el Unicaja tenía controlado el choque en cuanto elevaba un poco su intensidad.

Sin embargo, el equipo malagueño sacó su versión blanda del comienzo del encuentro, así que tuvo que volver a remontar después de verse por detrás otra vez. No le costó demasiado porque el Galatasaray le exigía poco a nivel defensivo. Carter, Perry y Taylor se combinaron para enjugar la renta del conjunto turco sin gran dificultad. Y quizá este fue el problema, había poca tensión y esto favorecía totalmente el juego lento del conjunto turco, que estaba cómodo ese intercambio de canastas que le permitía sortear el habitual buen tercer cuarto del Unicaja y llegar vivo al último. Además, el Galatasaray se encontró con alguna concesión defensiva de los cajistas, lo que le permitió encarar los últimos diez minutos con cinco puntos de ventaja (62-57).

Necesitaba el Unicaja algo más, porque realmente lo tenía y lo podía dar. Sin embargo, el último cuarto empezó con un 5-0 en contra y ese ritmo lento de partido en el que el Galatasaray anestesiaba el juego. 70-65 perdía el Unicaja a falta de siete minutos hasta que apareció un actor inesperado: Tyson Perez.

El dominicano emergió de forma sorprendente con dos triples seguidos para darle la vuelta al marcador, 70-71. Pero lo de Pérez fue una raya en el agua, porque el juego del Unicaja era lento y previsible, especialmente en ataque, donde Carter no encontró soluciones a nivel de dirección. A falta de minuto y medio, el Galatasaray lo tenía en la mano, pero Kameron Taylor se inventó dos triples para recuperar las opciones de victoria. Quedaban 40 segundos y Osetkowski robó un balón, amagó con el triple, pero se la pasó a Tillie que no se lo pensó para lanzar y anotar desde el 6,75 y empatar el partido a 84. Quedaban 15 segundos y Galatasaray tuvo claro que su hombre para ganar era James Palmer, que venía de anotar 28 y 29 puntos en los últimos dos partidos. El estadounidense buscó la vía más débil en la defensa, así que atacó a Carter y anotó con cierta suerte. Al Unicaja le quedó un segundo para armar un tiro ganador que llegó fuera de tiempo.