El Unicaja, ante un cambio de rutina atípico

Su planificación de esta semana se ha visto alterada por la recepción de ayer en la Casa Real, que le va a obligar a pasar seis noches fuera. Tras la recepción con Felipe VI, el equipo almorzó en Madrid y por la tarde puso rumbo a Zaragoza por carretera, donde pernoctó antes del partido de este sábado ante el Casademont. Una vez disputado el choque se desplazará en autobús a Barcelona y allí hará noche para volar el lunes hasta Turquía para el encuentro del martes ante el Manisa. Será un trajín de viajes, hoteles distintos y desplazamientos que alteran por completo el descanso de los jugadores y, especialmente, los procesos de recuperación.

A Ibon Navarro no le ha gustado nada este inesperado cambio de planes, pero la agenda de la Casa Real tenía pocas fechas libres y la recepción de ayer tenía difícil encaje, así que era casi obligado. «Hay cosas que no hace faltas ni decirlas. ¿Me has visto la cara, no? Pues eso... Merece la pena hacer el sacrificio, aunque en estos momentos tiene más trabajo Marcos (Cerveró) que yo», dijo en referencia a la importancia del preparador físico para controlar las cargas y el cansancio de los jugadores.

El Unicaja se enfrenta este sábado (20.45 horas) a un Casademont Zaragoza que no atraviesa por su mejor momento, pues ha ganado sólo dos de los últimos nueve encuentros y que en el último partido perdió en la pista del Lleida, que lucha por evitar el descenso. El conjunto maño es undécimo, a una victoria de los puestos de 'play-off', por lo que el choque es clave en sus aspiraciones de disputar la fase por el título tras no haberse clasificado para la Copa.