El Unicaja añora el músculo
El club optó por prescindir de cuatro jugadores de un perfil físico como Adams, Ejim, Toupane y Elegar, y ahora lo acusa
El Unicaja trata de salir de su crisis con los recursos que ahora tiene en la plantilla, pero no lo va a tener fácil. ... Los problemas del equipo malagueño no son inesperados teniendo en cuenta cómo se confeccionó el grupo y las alternativas que se descartaron. Aunque abunda el talento, es evidente que falta físico. Si se quiere pelear por lo máximo, la exigencia en el plano atlético es muy grande, especialmente en la competición europea, en la que la mayoría de los rivales disponen de más extracomunitarios que elevan la potencia de sus equipos. Se vio contra el Metropolitans 92, también contra el Mornar Bar y va a ser más evidente la próxima semana contra el Buducnost (miércoles, 20.45 horas).
Sin embargo, al contrario que la pasada temporada, el Unicaja optó este verano por desprenderse de jugadores que sí daban ese perfil: Josh Adams, Toupane, Ejim y Elegar. Es cierto que los dos primeros eran los que más protagonismo tenían en el juego. Adams tiene un estilo anárquico, pero fue el máximo anotador del equipo durante casi toda la temporada y suponía una variante total respecto a sus compañeros por su capacidad de desborde y penetrar. Sus mates quedarán para el recuerdo como algunos de los mejores de la historia reciente de la Liga ACB. Toupane nunca fue del agrado de Luis Casimiro, pero lo utilizaba porque era el alero más completo y puede que el mejor defensor exterior del equipo, exceptuando a Alberto Díaz.
Habrá quien diga que Melvin Ejim y Frank Elegar no aportaron mucho en una temporada extraña para ambos, con muchas lesiones, y el hecho de convivir con mucha competencia en sus puestos, y es absolutamente cierto. Sus cuotas de minutos y puntos están ahí. Sin embargo, ambos eran una alternativa de primer nivel para elevar el nivel físico de la defensa si los partidos lo requerían. Ejim podía castigar a aleros más endebles defendía con solvencia a 'cuatros' sin mucho físico. En el caso de Elegar, echó mucho en falta un base le metiese balones de forma adecuada, algo que casi no sucedió hasta que Fernández empezó a jugar en ese puesto tras la llegada de Brizuela. Justo en ese momento se lesionó y eso propició la irrupción de Rubén Guerrero. Elegar, sin embargo, era el preferido por Casimiro en muchos finales de partidos para proteger el aro. Insistiendo en que no aportó lo que se esperaba de él, el Unicaja echa en falta un jugador de su perfil. Lo más parecido es el joven Yannick Nzosa, la única alegría que ha dado el equipo malagueño a sus aficionados en lo que va de temporada.
Ahora bien, el congoleño es casi un recurso desesperado porque no hay que perder de vista que era el último elemento en la rotación. Su rendimiento es una grata sorpresa, pero no hace más que evidenciar las carencias de los otros tres jugadores que tiene por delante: Thompson, Gerun y Guerrero.
Si el Unicaja decide finalmente reforzar el equipo en las próximas semanas, el elegido será casi seguro un jugador interior que cubra la evidente deficiencia física de la plantilla. Esto será para la rotación de hombres altos, porque en la de aleros y escoltas ya no hay margen. El inminente regreso de Jaime Fernández comprimirá más los minutos entre muchos jugadores parecidos.
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