TRIPLES FINALES
En el arranque del partido la defensa local, con cambios continuos y excelentes rotaciones, parecía más firme que la del Unicaja, con muchas dificultades en ... el perímetro. Luis Casimiro reaccionó mandando al banquillo a cuatro de sus cinco titulares. La entrada de los suplentes mejoró el trabajo atrás, aunque quedaba pendiente la evolución de su ataque que, sin acierto exterior, resultó muy pobre en la primera fase del partido. La entrada de Alberto Díaz supuso un cambio en la ofensiva malagueña que, por primera vez en el partido, vivió momentos de mayor equilibrio, con canastas desde dentro y desde fuera. En el segundo cuarto, el Unicaja mantuvo a los suplentes y el partido entró en una fase de errores que los visitantes aprovecharon para ponerse por delante, en cuanto empezaron a acertar desde el perímetro. Sin embargo, el retorno de los mejores jugadores locales permitió una notable mejora en la distribución del balón en su ataque. El nuevo tirón del equipo local volvió a darnos la impresión de que, con sus titulares en cancha, podía dominar el encuentro.
En el arranque del tercer cuarto, lo mejores hombres del Montakit Fuenlabrada confirmaron esa sensación, aunque el Unicaja reaccionaba a rachas. Todo dependía del acierto exterior y de los impulsos de Alberto Díaz que, sin embargo, no podía controlar a Bellas, la fuente de todas la situaciones de ventaja del ataque local. Luis Casimiro quería tener a Jaime Fernández en cancha, pero no podía quitar a Alberto, por eso prefirió jugar algunos minutos con tres 'pequeños', aunque la 'inevitable' marcha del malagueño al banquillo llevó a su equipo a unos minutos de desconcierto que parecían definitivos. En el comienzo del último cuarto, con todo perdido, el Unicaja depositó su suerte en las individualidades y en los triples, que volvieron a entrar. Con esa filosofía y el miedo de los locales a su favor, el Unicaja se puso enseguida a un paso de la victoria. Todo parecía un sueño, que el Unicaja logró hacer realidad en una última jugada en la que, por fin, desarrolló un excelente ataque, con un magnífico movimiento del balón, que Carlos Suárez, el más seguro del éxito, transformó en una victoria muy necesaria.
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