Un título incontestable
El Unicaja de Ibon Navarro no deja lugar a las dudas. Fiel a su estilo, el equipo malagueño volvió a imponer su ley desde el ... principio con una defensa asfixiante, el control absoluto del ritmo del partido y una rotación profunda que mantuvo la intensidad durante los 40 minutos. El resultado: un nuevo título para las vitrinas del Carpena y una exhibición de baloncesto coral que confirma el gran momento del conjunto andaluz.
El arranque no fue sencillo. Kravish cometió dos faltas en el primer minuto y se vio obligado a sentarse. Sin embargo, lejos de debilitarse, el equipo sacó músculo en la retaguardia. Carter comenzó a marcar diferencias con su facilidad anotadora, Balcerowski se agigantó en la pintura, y tanto Osetkowski como Alberto Díaz aportaron intensidad a raudales, forzando hasta tres faltas ofensivas consecutivas. El Galatasaray se vio atrapado en la telaraña defensiva de Unicaja y cerró el primer cuarto con apenas 13 puntos anotados.
En el segundo parcial, un triple de Kalinoski estiró la ventaja hasta los 11, pero el conjunto turco reaccionó endureciendo su defensa. Unicaja entró en un bache ofensivo, con pérdidas y errores en el rebote que permitieron al rival empatar el encuentro. Fue entonces cuando apareció la respuesta malagueña: una mejor selección de tiro, la energía contagiosa de Tyson Pérez y la serenidad de Carter desde la línea de personal dejaron el marcador en +6 al descanso.
El tercer cuarto fue una batalla de defensas y carácter. Galatasaray encontró oxígeno en el perímetro con Wallace y Cummings, pero el regreso de Alberto Díaz y la aparición de Taylor, incisivo en sus penetraciones y generoso en la asistencia, devolvieron la iniciativa al Unicaja. Kravish, tras una actuación hasta entonces discreta, cerró el cuarto con un triple fundamental que impulsaba al equipo hacia el desenlace.
Y entonces llegó el cuarto definitivo, el de la consagración. Tyson Pérez encendió al equipo y al público con un mate tras rebote ofensivo. Perry asumió el liderazgo con templanza, y Kalinoski, infalible en los momentos clave, disparó la ventaja hasta los 12 puntos. La fluidez en la circulación del balón, unida al dominio en el rebote ofensivo de Yankuba Sima, sofocó cualquier intento de remontada turca. El título ya no se escaparía.
Con esta victoria, Unicaja suma su segundo entorchado en la Basketball Champions League y el cuarto título de la temporada, confirmando lo que ya es una evidencia: este equipo tiene una identidad reconocible, una ambición sin límites y una cohesión que lo hace temible. Defiende como un bloque, ataca como un colectivo y gana como un campeón.
La BCL vuelve a rendirse ante un Unicaja que ha demostrado, a lo largo de toda la temporada, una superioridad simplemente incontestable.
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