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Saltó la sorpresa. La Laguna Tenerife cayó de forma clara ante el y Galatasaray y se quedó fuera de la final de la Champions League. ... El conjunto español estuvo errático como pocas veces se le ha visto en los últimos meses y se hundió en una pésima segunda parte en la que fue destrozado por los pívots del conjunto turco (80-90).
La calidad de Will Cummings mandó en el comienzo del partido, en el que el conjunto canario tenía problemas para frenar al veterano anotador estadounidense, que cuando no metía, asistía. Le costó ajustarse a la defensa del Tenerife, pero la clave estaba en que su ataque comenzase a producir. Lo hizo primero con Huertas y, a partir de ahí, todo fue más fluido. El brasileño conectó con su inseparable Shermadini y el equipo español tomó el mando del partido. Una gran salida de Lluis Costa permitió al Tenerife cerrar el primer cuarto con buenas sensaciones y mandando 24-20.
La dinámica se mantuvo y los de Vidorreta controlaban el ritmo como suelen hacer. La renta canaria alcanzó los quince puntos (40-25), pero en ese momento se frenó. La aparición de James Palmer fue clave en la reacción turca con un parcial de 0-12 para situarse 43-37 y meterle miedo al Tenerife cara al segundo cuarto.
Los problemas se le acumularon al descanso al Tenerife con la tercera personal de Shermadini. Ahí encontró un filón el conjunto de Estambul, con Delgado e Izundu campando a sus anchas. El equipo español llegó a perder por diez puntos 43-53 sin encontrar soluciones al partido que le planteaba su rival.
Las cosas se le complicaban por momentos al todavía subcampeón de la Champions. Con Palmer y Cummings produciendo, el Galatasaray controlaba el choque por completo y alcanzó una renta de diecisiete puntos a tres minutos del final (60-77). La imagen del Tenerife era irreconocible, totalmente descompuesto y sin ideas. Paró el partido Vidorreta, pero no le ayudaron sus protestas a su equipo, porque le costaron una técnica. Los minutos pasaban y el Galatasaray acentuó su dominio aprovechándose de las prisas de un Tenerife precipitado.
Con la pintura cerrada, el único recurso del Tenerife era lanzar de tres y eso es una ruleta rusa por más que tenga buenos lanzadores. A tres minutos la ventaja turca era todavía sólida, con un 66-82 que ya no pudo remontar el equipo español.
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