Poderoso final

El ataque malagueño buscaba insistentemente por dentro, ya que el alero Ejim en pureza era otro hombre más dispuesto a moverse cerca de la canasta catalana. Cuando la defensa visitante se cerraba, el cuadro local encontró el acierto exterior de Adams. La ofensiva del cuadro badalonés se centraba en el acierto exterior de Prepelic, sobre el que enseguida se aplicó defensivamente Ejim con bastante eficacia.

Cuando se sentó Adams, el ataque del Unicaja se quedó corto de tiro exterior y con el paso de los minutos, su defensa colectiva era pobre. En el segundo cuarto, Luis Casimiro empezó sin él, pero enseguida tuvo que mandarlo al campo, porque su equipo no anotaba nada. También entró Toupane para mejorar el ataque y volvieron algunos titulares. Quizás los cambios empezaban a ser demasiados otra vez, pero lo cierto es que el juego del Unicaja carecía de orden y jerarquía. La consecuencia es que solo anotó 9 puntos en el segundo cuarto y se fue perdiendo al descanso.

Tras la pausa, Thompson y Adams asumieron todas las responsabilidades del ataque malagueño, que de esta manera en solo tres minutos había anotado más que en todo el periodo anterior. Hubo menos cambios y con la confianza de los minutos, los jugadores ofrecían mejor rendimiento en ataque. A destacar los puntos de Gerun, que mantuvieron a su equipo en la recta final del tercer cuarto. Cuando se entró en el último, todo estaba en el aire y el Unicaja hizo una nueva rotación de jugadores. Por mucho que uno critique el exceso de cambios, el cuadro malagueño llegó al tramo final del encuentro mucho más fresco que su rival y como encontró el acierto exterior que le había faltado antes, el marcador, por fin, se disparó a su favor, ya que el rival no anotó un solo punto en cinco minutos. Al menos en esta ocasión, llegar con más energía al final le valió para alzarse con la victoria.