Lección táctica y defensiva

Desde el salto inicial, los malagueños mostraron carácter y haber corregido lo que falló en el primer partido: control de las pérdidas y las faltas, dominio del rebote, superando y castigando la defensa de cambios del Barcelona jugando con 'pequeños'. Perry impuso su ritmo con 11 puntos en los primeros minutos, bien secundado por Carter y Kameron Taylor. Kravish intentó sin mucho acierto sacar a Fall de su zona de confort, pero el Unicaja castigaba cada despiste azulgrana desde el perímetro con mejores porcentajes.

Al descanso, los de Ibon Navarro ya dominaban por nueve puntos. En la reanudación, la defensa malagueña elevó aún más su nivel. El Barça se estrelló contra un muro, con solo 13 puntos en el tercer cuarto y un 20% en tiros de campo. Peñarroya probó con quintetos pequeños y cambios en los bloqueos que el Unicaja castigaba con un Balcerowski que sí resultó diferencial, con Carter secando a Punter, el buen trabajo defensivo de Ejim sobre Parker, lo que escenificaba la mala selección de tiro de los azulgranas y manteniendo un abrumador dominio del rebote -tanto ofensivo como defensivo-.

Con todo decidido, el último cuarto sirvió para certificar la superioridad andaluza. Perry manejó el tempo a placer, y el Barça bajó los brazos con sus figuras en el banquillo pensando ya en el duelo decisivo. La bronca final y la pañolada del Palau escenificaron la frustración culé. El tercer partido en Málaga será una final. Pero si el Unicaja mantiene esta intensidad, concentración y lectura táctica, está más que capacitado para soñar con semifinales.