Una regularidad que no llega

Esta semana ha sido un buen ejemplo de ello. Ganó dos partidos con una aparente mejoría ante el Fuenlabrada y el Alba Berlín, y el sábado perdió en un mal encuentro ante el Gran Canaria. Era un partido que podía haber marcado un punto de inflexión en la temporada, al tratarse de un adversario competitivo y duro, pero el Unicaja no estuvo a la altura. La falta de una continuidad en las victorias impide la fiabilidad en un equipo que no gana tres partidos seguidos entre Liga y Eurocup desde finales de noviembre.

Fue precisamente entonces cuando enlazó su mejor racha de la presente campaña al ganar al Zenit, Bilbao, Buducnost y Barcelona, para luego perder ante el Bayern. Desde entonces, no ha sido capaz de enlazar más de dos partidos seguidos ganados. En diciembre firmó cuatro victorias y tres derrotas, mientras que en enero mejoró, con cinco partidos ganados y tres perdidos, siempre alternando. En febrero ha empezado ganando al Alba y perdiendo en Las Palmas.

Cinco derrotas a domicilio

Esta regularidad, imprescindible para consolidar las aspiraciones deportivas a lo largo de la temporada, es lo que más se echa en falta en el conjunto que dirige Joan Plaza. Y otro dato que incide en estos altibajos es la trayectoria que acumula a domicilio, pues ha perdido la mitad de los partidos que jugó lejos de Málaga (Real Madrid, Joventut, Andorra, Betis y Gran Canaria). Ganó en otras cinco plazas: Fuenlabrada, Tenerife, Manresa, Estudiantes y Zaragoza, es decir, sólo en una de los equipos que ocupan puestos de play-off, un dato que conviene tener en cuenta. En esta segunda vuelta afrontará un calendario más complicado, pues además de recibir al Real Madrid el próximo domingo, tendrá que visitar al Barcelona, Valencia, Baskonia y Bilbao, por poner algunos ejemplos, de desplazamientos nada fáciles.