Germán Gabriel dice 'hasta luego'

El malagueño, que dentro de dos semanas cumplirá 36 años, echa el cierre a una carrera de más de 18 años al más alto nivel, y en la que ha dejado tras de sí un reguero de amigos. Su carácter afable y dicharachero, además de su enorme calidad técnica para el baloncesto, lo hizo pieza clave en todos los vestuarios por los que pasó. El ahora jefe de operaciones del Unicaja, Manolo Rubia, fue de las primeras personas que lo trató en el García Lorca. Luego el destino los volvió a juntar en la primera plantilla del Unicaja. «Adora el baloncesto y entiende este deporte. Todo lo que dice tiene lógica, así que le va el perfil hacia el que ha orientado su carrera. No dudo de que será un gran entrenador, porque tiene pasión por esto», comenta a SUR.

Con José María Martín Urbano ganó el Torneo de Hospitalet en categoría júnior. El entrenador malagueño resalta esa pasión por el baloncesto que antes mencionaba Rubia y su gran capacidad para las relaciones humanas. «Es de esas personas que están sobradas de felicidad, que hacen equipo de verdad y que luego mantienen contigo una relación como si fuese de tu familia. Era un placer ver cómo llegaba a los entrenamientos como si fuesen una fiesta».

Varios entrenadores han marcado la vida profesional de Germán Gabriel. Como Pedro Ramírez, que lo hizo debutar con 18 años en el Unicaja. «Ha sido una persona honesta y entonces nadie podía imaginar la fantástica carrera profesional que ha tenido superando todas las expectativas». Txus Vidorreta, con el que coincidió en el Bilbao y en el Estudiantes y al que le une una gran amistad, esperaba una alegre despedida de Gabriel, fiel a su estilo. «Ha sido una experiencia increíble poder trabajar con él. Es un tío inteligente en la pista y con un talento natural con ese juego de pies y el tacto que tiene en la mano izquierda. En el Estudiantes, cuando terminábamos, aparecía con una libreta para apuntar todos los detalles del entrenamiento. Era evidente que acabaría siendo entrenador», explica el ahora técnico del Iberostar Tenerife.

A pesar de su altura, su físico no era el mejor, pero su inteligencia le permitió adaptarse a la evolución del juego, tal y como explica el seleccionador nacional, Sergio Scariolo: «Tengo un gran cariño personal hacia el. Ha sido un jugador importante a nivel nacional. Todo lo que los jóvenes pueden aprender de él es pura técnica, talento e inteligencia. Espero que podamos seguir disfrutando de su mente privilegiada».