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La cara y las palabras de Ibon Navarro a poco más de 24 horas de su séptima final como entrenador del Unicaja evidenciaban la ilusión ... que hay por tocar plata otra vez: «Todas son especiales. Esta tiene el detalle de que siendo la BCL no nos enfrentamos al Tenerife, pero lo hacemos contra un equipo que conocemos bien y que sabemos de su potencial, calidad y físico. Sabemos que va a ser muy difícil».
Se reafirmó en que la dificultad de la final ante el Galatasaray será muy alta... y contó, además, una curiosa anécdota: «Las circunstancias son las mismas, pero son solamente dificultades. Dije que el nuestro era el grupo más complicado del 'Round of 16' y os voy a decir a una cosa: la carpeta de 'scouting' del Galatasaray es la única que no he borrado desde hace dos meses de mi ordenador, porque sabía que estoy podía pasar. Están muy entrenados, son físicos y tienen talento. Puede ser campeón, perfectamente».
A nivel mental, asegura, el equipo está preparado y trabajado para medirse al conjunto turco: «Haber jugado contra ellos, haber perdido y haber sufrido como sufrimos en Málaga, porque aún no estoy seguro de como ganamos, creo que nos pone más en alerta que contra un equipo al que no nos hemos enfrentado. Tenemos mucho trabajo hecho, conocemos bien a los jugadores porque ya nos hemos enfrentado contra ellos y, hasta cierto punto, es una cosa menos que tenemos que hacer. Ya saben que va a ser difícil ganar». Eso sí, también puso en la mesa la importancia del contexto en cada partido: «El estado del equipo es otro y ellos estaban en el punto más alto de forma en el que les hemos visto».
Hizo también un repaso sobre la situación física que se encuentra el equipo, poniendo el foco en Barreiro, que este viernes tuvo que salir en el primer cuarto por un problema: «'Djedo' se ha levantado por fin de la cama y Barreiro no ha podido venir porque estaba con un virus que ayer no le dejó casi ni jugar. Tuvo que salir en el primer cuarto al baño. Uno de los dos tiene que estar mañana porque son cupos. Veremos a ver si puede ser Jonathan y puede jugar».
El ambiente y la atmósfera que los miles de griegos presentes en el Sunel Arena crearon fue una de las cosas más llamativas de la jornada, y también algo difícil de gestionar para un equipo que, pese a todo, tiene herramientas para hacerlo. «Prefiero jugar en sitios así que donde lo hicimos el año pasado. Fue un reto gestionarlo. Me gustó mucho el equipo al final. Fue extraordinario el último cuarto. Eso no se entrena. Es un grupo que ha sufrido este año, que ha jugado en ambientes difíciles y, sin ser como el de ayer, te va dando un poso. Recordar lo que hemos hablado cuando nos han pasado esas cosas. Eso se tiene o no se tiene», dijo.
Por último se refirió a la gala de premios, siendo preguntado por si le hubiera gustado que su equipo obtuviera más reconocimiento. «Es difícil, porque si todos jugaran 25 minutos estarían más arriba en las estadísticas. Han sido premiados Dylan (mejor quinteto), Perry (segundo mejor quinteto) y Díaz (mejor defensor). No sería justo que tampoco se reconozca al entrenador que no les deja brillar más. Es una cuestión de que es difícil brillar a nivel estadístico cuando juegas pocos minutos. Cualquiera de nosotros cambiaría cualquier premio individual por ganar mañana».
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