Ibon Navarro: «Si no ganábamos por lo civil, tenía que ser por lo criminal»

La unión de este grupo y la química que tienen entre todos fue uno de los factores diferenciales para salir victoriosos del infierno griego: «Este grupo ha estado junto tres años y nos conocemos. Sabemos gestionar situaciones difíciles. El mejor ejemplo para saber lo que es este equipo es lo que pasó en los últimos tres minutos del último cuarto. Todo el mundo esperaba que hiciera puntos para ganar el partido y robó cuatro balones. Este equipo gana con trabajo, haciendo puntos y corriendo. Nos equivocamos, pero nuestro plan defensivo fue bueno. Si me dices que vamos a encajar solo 65 puntos, te diría que ganaríamos el partido».

Elogió la atmósfera que crearon los hinchas del AEK y reconoció estar prevenidos cara al ambiente que se iban a encontrar en la capital helena: «Vimos los primeros minutos del partido contra el Nanterre porque teníamos que saber lo que nos íbamos a encontrar. Tengo que felicitar al AEK por la organización y su gran temporada. Esta atmósfera no es fácil de encontrar en Europa, porque fueron calientes y respetuosos con nuestros aficionados».

Además, puso el foco en las dos grandes amenazas del AEK, Hale y Hubb. «Cometimos errores porque el baloncesto es un deporte de errores. Prestamos mucha atención a Hunter Hale y a Hubb porque son grandes jugadores. Si no estás pendiente los 40 minutos, pueden matarte. Es importante para nosotros la concentración. Tiene mérito que el equipo supiera exactamente lo que teníamos que hacer. Si creemos en lo que hacemos, seguimos haciéndolo», verbalizó.

No sabría decir su ha sido la victoria más meritoria de su etapa en el Unicaja, aunque sí le otorgó mucho valor por todas las dificultades que encontraron y también por el contexto: «Ha habido muchas, pero el ambiente, el rival y el desacierto que hemos podido tener ha hecho que sea difícil. El equipo se ha agarrado porque sabe sufrir. Hemos sufrido este año en muchos partidos, sobre todo fuera de casa. Y eso es lo que nos ha ayudado hoy, seguramente en la cancha más difícil que hemos jugado».

Se apretaron el cinturón en el último cuarto y eso fue fundamental: «Nueve pérdidas provocadas en el último cuarto más siete rebotes de ataque. Si no ganábamos por lo civil, tenía que ser por lo criminal. El equipo lo ha entendido. Había que asumirlo y no frustrarnos. El partido se ha ganado atrás y con energía». En la final se medirá al Galatasaray, un rival ya conocido y del que lleva avisando desde que se cruzaron en el 'Top 16': «Es el mejor equipo y el más físico que nos hemos encontrado en la BCL. Dije que era muy difícil el grupo del 'Top 16' en el que estábamos. Y lo dije por esto, porque había un equipo que podía llegar a la final. Tiene un potencial tremendo y están muy bien entrenados».

Sima, que reconoció lo espectacular que fue el ambiente del Sunel Arena, con miles de griegos entregados a su equipo, que incluso sacaron bengalas, elogió a su compañero Kameron Taylor y a su acción defensiva en el último cuarto, que terminó en canasta, clave para poner los puntos sobre las íes y que el Unicaja cogiera aire: «Es un 'game changer'. Si ellos hubieran anotado esos puntos hubieran cogido energía».

Abogó por descansar cuando fue preguntado también por las sensaciones cara a la final contra el Galatasaray: «Todavía no nos ha dado tiempo a pensar en la final. Vamos a intentar descansar lo mejor posible porque nos espera un partido muy exigente contra un gran equipo» y aseguró que su equipo hizo un gran trabajo para superar al AEK, estando sólidos en defensa pese a que los porcentajes en ataque no acompañaron demasiado.