UNA GRAN IGUALDAD
En estos partidos de 'play-off', además de la emoción por lo mucho que ponen en juego los equipos, existe un factor apasionante que estriba ... en los cambios tácticos entre un partido y el siguiente. Estos ajustes, como se denominan en el argó, corresponden normalmente al equipo que perdió el encuentro precedente, cuyos técnicos, con poca influencia en los errores y aciertos en los tiros de sus jugadores, necesitan ofrecer a estos un argumento diferente que les devuelva la confianza que hubieran podido perder. Así, la victoria malagueña del primer día tuvo su causa esencial en el acierto en los triples. Por eso Ponsarnau puso en escena en Málaga un plan de partido con más desarrollo interior que exterior, que consistió en abrir su defensa para dificultar los triples del Unicaja, y en ataque poner el balón insistentemente en manos de sus pívots. Para el partido de anoche le tocaba mover ficha a Luis Casimiro. La primera decisión del técnico manchego fue devolver a Roberts como base al quinteto inicial y desplazar a Fernández a la posición de escolta, en la que se esperaba que anotara algo más. También entró Shermadini, dos ajustes de naturaleza ofensiva. A pesar de ello, la anotación malagueña fue muy pobre en el primer cuarto, con sólo diez puntos, demasiadas pérdidas y muy escasa defensa. En el segundo cuarto el Unicaja se reencontró con el triple y eso le permitió dominar el parcial, aunque para remontar necesitaba más defensa.
Tras el intermedio, Fernández ocupó la posición de base y el juego de ataque del Unicaja se centraba en el perímetro, pero la ausencia de un hombre alto que se moviera con sentido de espaldas al aro privaba al ataque visitante del equilibrio necesario para anotar con continuidad. Precisamente la aparición de Shermadini en la recta final del tercer cuarto cambió el signo del encuentro. Aquello se convirtió en un partido diferente y Ponsarnau tuvo que ordenar el retorno de urgencia de Dubljevic porque el Unicaja dominaba el juego. El montenegrino puso en cuatro faltas a Shermadini y el ataque visitante perdió el instinto. Como Lessort no acababa de entrar en el partido, Luis Casimiro prefirió quedarse sin pívot antes que ordenar el retorno del georgiano. Al final, triunfo del Valencia, pero con mucha más igualdad de la que parece. Reparto equitativo de las posesiones, porcentajes de acierto muy parecidos y una anotación similar de los hombres altos de ambos equipos. La impresión que nos deja el partido es que el Unicaja ha llegado bien al final de la temporada, aunque ayer un comienzo muy frío le condenó a la derrota.
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