A la FIBA le vuelve a 'coger el toro' con la Final Four de la Champions

Lo primero son los aficionados. Para el lunes estaba previsto que saliesen a la venta las entradas para los seguidores de los equipos participantes. Cada uno de ellos tendrá un cupo reservado de unas 400. Sin embargo, el lunes la FIBA informó al Unicaja, La Laguna Tenerife y al Galatasaray que no era posible por un problema con la plataforma de ventas que usa el AEK. Tampoco fue posible este martes y, en el caso del club cajista, se quedó pendiente de una reunión que celebró la organización por la tarde. La idea es que hoy, definitivamente, los aficionados malagueños que se vayan a desplazar a Atenas puedan comprar sus abonos. El club ha reservado de dos precios. En el caso de otros grandes eventos deportivos, las entradas salen a la venta con mucha antelación. Por poner un ejemplo, los abonos para la Final Four de la Euroliga se pueden comprar desde el 26 de febrero y se celebra del 23 al 25 de mayo.

A tenor del plan de los equipos para la semana previa a los partidos, tampoco se usará el famoso 'Glass Floor' que se utilizó en la Final Four de Belgrado, como era la idea para esta edición. La llamativa pista de leds que tan buena imagen dio al vacío pabellón de la capital serbia no ha podido ser instalada en el Sunel Arena por cuestiones de tiempo. El hecho de que la eliminatoria entre el AEK y el Galatasaray se alargase una semana más ha alterado los planes iniciales de la FIBA.

En el caso de Belgrado, esta espectacular superficie de juego dio colorido a los partidos y también se usó para la presentación de los encuentros y la gala para anunciar a los mejores de la temporada. Estos actos se celebrarán en el hotel de concentración de los equipos, en principio. Para la final, sí que se está instalando un videomarcador nuevo.

Precisamente, la organización de la Final Four también ha cambiado el hotel en el que se hospedarán los cuatro equipos. La idea era que todos estuviese concentrados en un céntrico establecimiento de Atenas, pero el barrio en el que se encuentra está en una zona bastante conflictiva a ciertas horas del día, a pesar de estar cerca de los principales reclamos turísticos de la ciudad, como la Acrópolis. Algunos barrios de Atenas se han deteriorado bastante en los últimos años y no son seguros. Finalmente se ha optado por otro lugar y el Unicaja y los otros tres equipos se hospedarán en un hotel en el aeropuerto de Atenas, a 20 kilómetros del centro de la ciudad, unos 40 minutos en coche, y a 36 kilómetros del Sunel Arena, donde se jugarán los partidos.

Como se informó días atrás, no hay enlaces mediante transporte público con el pabellón del AEK, por lo que esto será otro aspecto que afectará principalmente a las tres aficiones visitantes.

Como se puede comprobar son muchos vaivenes para un torneo de primer nivel que encumbrará al campeón de entre los 32 equipos que comenzaron la Champions en octubre. La FIBA optó por ubicar el torneo en la ciudad de uno de los equipos participantes en la Final Four y eso tiene grandes condicionantes. El año pasado se decidió por una sede neutral como Belgrado, una gran capital, pero con pocas conexiones aéreas y vuelos caros hasta allí. El resultado fue un gran pabellón con las gradas vacías. En la edición de 2023, el trabajo del Unicaja salvó el torneo. Ahora parece que se repiten errores.