Sonrisas y reencuentros a distancia en la vuelta del Unicaja femenino a Los Guindos

El equipo de Lorena Aranda tuvo que seguir el mismo protocolo que el equipo masculino, en función tanto de las pautas del área de salud y rendimiento del club, como del propio Consejo Superior de Deportes para la primera fase de la desescalada para los deportistas. Esto implica que, tras pasar los test, las jugadoras sólo podrán comenzar con los entrenos de manera individual. ¿Cómo lo hicieron este jueves? Acudiendo en grupos de 3-4 a Los Guindos y ocupando media pista cada una, para evitar en todo momento el contacto con la otra tanto en la parte más física como en los ejercicios de tiro.

A su llegada, les esperaba en la entrada una mesa con material sanitario de prevención -básicamente mascarillas y guantes desechables-, así como un control de temperatura a través de un termómetro láser, realizado por personal del club. Una vez dentro, sólo pudieron acceder a las pistas con un balón, agua y toalla; al igual que al conjunto masculino, se les restringió y se les seguirá restringiendo hasta nuevo aviso, el acceso a las zonas comunes, como el gimnasio, la sala de fisioterapia y los vestuarios.

Aunque estas últimas restricciones no les importaron a las jugadoras, que transmitieron mucha alegría en su regreso, como asegura la ala-pívot canaria Vero Matoso al publicar sus fotos de vuelta en las redes, paseando por Los Guindos como si fuera la primera vez.

Una vuelta diferente pero una buena forma de luchar contra la rutina de estos dos últimos meses. «Sesenta días después... Las bandejas ya las dejo para mañana», bromea la base Conchi Satorre en su perfil de Twitter. Ella fue la única en salir de la provincia -con permiso del club- durante la cuarentena, para pasarla de forma íntegra con su familia, en Almería. Le acompaña en su comentario en las redes un vídeo practicando el tiro de tres acompañada del preparador físico del conjunto, con guantes y mascarilla.