¿Quién podría entrar al Carpena si los partidos vuelven a ser con público en las gradas?
La crisis del coronavirus deja muchas incógnitas en lo que al deporte profesional se refiere, especialmente los que reúnen en directo a una gran cantidad ... de personas. La afluencia a los estadios y pabellones todavía se atisba lejos, pese a que ya hay algunos intentos de que determinados espectáculos puedan contar con espectadores. Sin embargo, una cosa es un obra de teatro con un aforo limitado y un partido de baloncesto que reúne a miles de personas en un recinto cerrado. En el fútbol, esta misma semana el presidente de Las Palmas indicaba que quería que los socios de su club pudiesen acudir al primer partido de Liga una vez que se reanude la competición. Pero el Gobierno, por medio del CSD no lo contempla, y las autoridades sanitarias lo han dejado claro: nada de público. Las grandes aglomeraciones de gente estarán sometidas a un gran control, sin ir más lejos la Feria de Málaga sobre la que la Junta de Andalucía aconsejó su cancelación, truncando así los planes del Ayuntamiento.
En cualquier caso, en algún momento habrá que volver a la normalidad. El último Boletín Oficial del Estado ya autoriza la presencia de público en las corridas de toros, por ejemplo, pero se trata de recintos al aire libre, al igual que el fútbol. «Siempre que cuenten con butacas pre-asignadas y no se supere un tercio del aforo autorizado, y en todo caso, un máximo de cuatrocientas personas» si están en territorios de la Fase 2 y «un máximo de ochocientas personas» si están en la Fase 3.
A día de hoy lo más cercano para volver a contar con público en las gradas de los pabellones pasa por una reducción del 30% del aforo de las canchas, quizá de un 50% siguiendo los pasos de lo que ha ocurrido con los restaurantes en la Fase 3 de la desescalada, aunque esto último no sirve de referencia debido a la gran diferencia que respecto a la capacidad de las canchas. No es lo mismo un local con capacidad para 50 personas que un pabellón de 10.000 espectadores. Y aquí surge otro problema en función de le los socios de cada club. En el caso del Unicaja, con 7.500 abonados está por ver cuántos y quiénes serán los que podrán ver en directo los partidos.
En el club malagueño son conscientes de que esta será una situación con la que tendrán que convivir. De entrada, los accesos al Palacio de los Deportes tendrán que realizarse siguiendo un orden riguroso y bajo unas estrictas medidas de seguridad, similares a las que se han implantado en los centros comerciales: posible control de temperatura, desinfección y mascarillas. La gran preocupación de las autoridades es a día de hoy la coincidencia de aficionados especialmente en los accesos, por lo que será clave y seguramente se tengan que aplicar protocolos muy rigurosos en este sentido.
El gran problema será cómo elegir a los aficionados. Si el Palacio tiene capacidad para 10.000 espectadores, con la regulación actual sólo se permitirá la entrada a 3.000 personas, si la restricción es del 30%. Es decir, que 4.500 socios no podrían entrar. Esto afecta directamente a la campaña de abonados, que no podrá ser planteada en los términos habituales salvo que la regulación varíe de aquí a que comience la próxima temporada.
Las fórmulas que se barajan los clubes es implantar un sistema rotatorio con el fin de que todos los aficionados puedan disfrutar del baloncesto en directo. El club tiene informes de qué abonados asisten con más asiduidad a los partidos, y podría usarse este baremo para seleccionar, pero no es algo que se contemple como solución. Otro asunto clave es cómo se dispondrían esos 3.000 elegidos en las gradas del Palacio de los Deportes. Al tratarse de una instalación muy amplia es perfectamente aplicable la distancia de seguridad e incluso ajustarse al tipo de abono de cada socio, y aquí el trabajo de reorganización será clave. La distinta evolución de la crisis del coronavirus en Europa puede provocar que en unos países se autoricen los partidos de baloncesto con público y en otros sean a puerta cerrada. Esta situación ya la contempla la Euroliga, tal y como reconoció Jordi Bertomeu hace unas semanas. En el caso del fútbol, la UEFA calcula que podrá haber partidos con público en octubre, aunque reduciendo el aforo de los estadios.
Como se puede comprobar, el Unicaja, al igual que otros equipos de la Liga Endesa, y de otras especialidades que se juegan en pabellones cubiertos, se encuentra ante un auténtico galimatías mientras que no se logre una normalidad, algo que puede llegar con la implantación de una vacuna del coronavirus, una enfermedad que ha trastocado por completo la vida tal y como la conocíamos. Desde ahora hasta que comience la temporada es previsible que los porcentajes que se barajan vayan creciendo, lo que reducirá un poco el problema.
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