Chris Duarte rompe la política de fichajes del Unicaja

Hasta ahora, la entidad de Los Guindos ponía algunos factores, no obligatorios eso sí, para dar luz verde a sus refuerzos. Hay que tener presente, que en las últimas tres temporadas el Unicaja casi no fichó, pero cuando lo hizo sí trató de aplicarlos. Quizá el origen de esto fueron los fichajes temporales de Cameron Oliver y Matt Mooney, que fueron un desastre, en parte porque vivieron en Málaga su primera experiencia fuera de Estados Unidos y acusaron la adaptación.

Así llegó el famoso verano de 2022, cuando se acometió la gran remodelación que dio como resultado la base del equipo que ganó los seis títulos. Entonces, el Unicaja hizo una limpia casi total y se lanzó al mercado, aunque con un par de premisas. Todos los jugadores que se contrataron tenían experiencia previa en la Liga Endesa o en el baloncesto europeo, algo que no cumple Chris Duarte. Entonces, se contrató a Kendrick Perry, que llevaba jugando en clubes europeos desde 2015 y cuyo último equipo fue el Buducnost, previo paso por el Cedevita y el Panathinaikos. Tyson Carter, el más joven de aquellos refuerzos, también tenía experiencia acumulada por su paso por el Lavrio y el Zenit. Estos dos, junto a Osetkowski, fueron los únicos jugadores de aquel grupo que no había pisado la Liga Endesa.

En la línea exterior se contaba con Alberto Díaz y Jonathan Barreiro, mientras que se apuntaló con Kalinoski, que venía de una sólida temporada en el Breogán, y Djedovic, formado en la cantera del Barcelona y llegó a pasar por el Obradoiro, para luego consolidar una larga carrera, principalmente en el Bayern Múnich.

Por dentro, las incorporaciones cumplían algunos de los dos parámetros antes citados. Melvin Ejim ya había pasado incluso por Málaga, lo mismo que Augusto Lima, con gran experiencia en la Liga con el UCAM y el Real Madrid, mientras que Kravish jugó una temporada en el Manresa, además de estar en equipos como el Bamberg o el Galatasaray. Will Thomas fue el fichaje más veterano de aquella reestructuración. El de Baltimore jugó dos campañas en Málaga y otras dos en el Valencia, así que conocía la ACB a la perfección. Incluso el refuerzo posterior de Yankuba Sima por el lesionado Lima se trató de un efectivo con recorrido en la Liga.

Al término de esa temporada, en el verano del 2023, el Unicaja renovó a todos sus jugadores, pero se encontró con la inesperada marcha de Darío Brizuela al Barcelona. ¿Qué hizo la dirección deportiva? Reclutar a Kameron Taylor, que había sido uno de los jugadores destacados del Girona. El estadounidense, que ahora se ha marchado al Valencia, también contaba con una amplia trayectoria en el baloncesto europeo; de hecho, Taylor ha desarrollado toda su carrera profesional en Europa desde que acabó su etapa universitaria en 2016. También entonces, se concretó la operación para el fichaje de Tyson Pérez (Andorra y Betis) para reforzar el núcleo de jugadores con licencia de cupo.

El pasado verano, no se esperaban grandes movimientos, pero había necesidades y oportunidades. Por la sanción pendiente de Osetkowski se buscó un jugador con poca exigencia de minutos y se fichó a Killian Tillie. Es cierto que el francés no contaba con experiencia profesional en ningún club europeo, pero se formó hasta los 19 años en su país. Ya al final del mercado llegó Olek Balcerowski, criado en Las Palmas y con experiencia en el Gran Canaria y el Panathinaikos.

Como se puede comprobar, Duarte es un caso atípico, aunque la calidad que tiene le puede permitir hacer más liviano ese salto al baloncesto europeo, otra cosa será cómo asume la idiosincrasia de este Unicaja en el que ningún jugador está en pista más de 20 minutos.

Salvo él, el resto de los refuerzos del Unicaja cuenta con experiencia en la Liga o en el baloncesto europeo. Xavier Castañeda ha pasado por el Bourg y el Lavrio, James Webb jugó en el Valencia y en el UCAM Murcia, mientras que Sulejmanovic es el más experimentado tras haber jugado en el Tenerife, Zaragoza, Breogán y Bilbao, entre otros.