Katsikaris no frena la caída del Unicaja, que pierde ante el Coosur Betis (78-75)

El primer quinteto de la 'era Katsikaris' lo formaron Díaz, Brizuela, Waczynski, Thompson y Guerrero, lo que no representó ninguna novedad respecto a lo que venía haciendo Casimiro. Otra cosa es el juego que desplegó. Sería injusto decir que se vio un mejor baloncesto y algo totalmente nuevo teniendo en cuenta que el griego lleva sólo unas horas en Málaga. ¿Qué hizo Katsikaris? Pues lo único que puede exigir a día de hoy a sus jugadores, más intensidad, concentración y actividad defensiva. Fue esto lo que más llamó la atención del juego del cuadro malagueño, que mandó en el arranque del partido a base de triples (6-14, min.5). El Unicaja tenía acierto, quizá hasta más equilibrio en su juego y había metido cuatro triples. Además, la línea exterior era más protagonista en la defensa y esto permitió que los pívots locales no recibiesen el balón tan fácil. El Betis, por su parte, empezó a subir el nivel de su defensa y poco a poco fue enjugando la renta malagueña con Feldeine, Randle y Campbell (17-21, min.10).

El control del Unicaja se mantuvo mientras le entraron los triples. Es cierto que dominaba el rebote y que no sufría ante los pívots sevillanos, pero su juego se basaba únicamente en el acierto de su línea exterior. Por eso cuando el Betis elevó su presión sobre los 'pequeños' del Unicaja, el conjunto de Katsikaris empezó a tener muchos problemas. Del 21-28 a los 12 minutos, se pasó al 34-32 en el 18. En ese trayecto el cuadro cajista falló ocho triples. En el otro lado de la pista, Feldeine, imparable tanto por Brizuela como por un apagado Alonso, cambió el partido con sus puntos. El Betis llegó al descanso ganando por poco, pero con mejores sensaciones que el Unicaja (37-35).

La segunda parte comenzó con un carrusel de errores por parte de los dos equipos. No hubo cambio de estilo y el conjunto de Katsikaris seguía volcado en el triple. Como no le entraba, con hasta tres errores en una jugada, el Betis no tenía problemas para seguir por delante -5-22 llevaba cuando perdía 44-41-. Pero la mala racha no iba a ser eterna. Los aciertos de Bouteille y Brizuela, reactivaron el ataque malagueño. Además, la entrada de Nzosa para emparejarse con Ndoye, algo que hace un par de semanas parecía que 'no era posible' por la diferencia de kilos, también ayudó a ajustar la defensa. El Unicaja controlaba el ritmo del partido y ganaba por poco, pero ganaba (52-54).

El encuentro se aceleró en arranque del último cuarto, con los dos equipos intercambiando canastas y Feldeine asomando la cabeza de forma peligrosa para el Unicaja. Katsikaris lo vio claro y apostó por Nzosa en los minutos de la verdad. El chaval respondió con un partido de altura y varias jugadas sensacionales. Mates, tapones, intimidación. Formidable... El problema es que la insistencia en el triple privó a su equipo de voltear el marcador. A la batería de anotadores del Unicaja se le encogieron las manos cuando se decidía el choque. No hubo situaciones claras para anotar y el triple fue único recurso, cuando la más lógico era acercar la pelota al aro. Como no lo hizo y tampoco pudo frenar a Feldeine, el estreno de Katsikaris se saldó con derrota.