Baskonia-Unicaja: Una victoria dedicada a los incrédulos (88-90)

El comienzo no fue el deseado, porque la versión del Unicaja que se vio estaba más próxima a la que exhibió en las dos últimas derrotas que en un equipo con ánimo de recuperarse. Se vio 11-0 a las primeras de cambio después de un carrusel ofensivos de errores y de una falta de intensidad defensiva total. El acierto de Howard y la velocidad de Baldwin para desbordar en el uno contra uno fue un quebradero de cabeza para el equipo malagueño, que llegó a ir perdiendo 19-5. La entrada de Carter cambió al Unicaja, dándole más velocidad en la ejecución, aunque en los minutos de duda la insistencia de Kalinoski, siempre peleando por cada rebote ofensivo, fue fundamental. La 'barra libre' de Howard comenzó a ser un lastre para los locales, porque el estadounidense abusó de los lanzamientos, varios en malas situaciones y este le dio un respiro a la defensa cajista para poder detener la sangría. A partir de entonces las cosas fueron también mejor en ataque, con un Osetkowski excelente que anotó ocho puntos seguidos para equilibrar el partido (23-20, min. 10).

El Unicaja seguía cediendo en las acciones de uno 'contra uno'. Ahora eran Forrest y Jaramaz los que percutían contra su defensa hasta encontrar el camino al aro. En cualquier caso, la dinámica del partido había cambiado. El Unicaja estaba más sólido, podía jugar más rápido y correr. Kalinoski seguía omnipresente y Ejim producía en los dos lados del campo con su habitual fiabilidad. Fue precisamente una canasta del primero de ellos la que permitió culminar la remontada a los 17 minutos (36-37), en parte gracias al acierto de tres. El Unicaja empujaba más ante un rival que perdía fuelle con una rotación más corta, de ahí el 40-42 al descanso.

La inercia del partido se acentuó con las mismas claves y los mismos protagonistas. El Baskonia era una máquina de perder balones en la reanudación y el Unicaja se crecía al ritmo de Carter y un gran Osetkowski, que en el minuto 25 llevaba 19 puntos con 5/6 en triples. Un parcial de 5-12 llevó a Pablo Laso a parar el partido porque el Unicaja se escapaba a toda velocidad (49-57). No valieron para nada las indicaciones del vasco a sus jugadores, porque el partido estaba en manos de Osetkowski y Carter, que minimizaron por completo a un Howard que por momentos fue nocivo para su equipo. Se sentó el tirador y colapsó un Baskonia fundido a nivel físico y mental. Los últimos minutos del tercer cuarto fueron un monólogo malagueño con acciones fulgurantes de canasta a canasta. El Unicaja estaba en su salsa (56-69).

El partido lo tenía en su mano el equipo malagueño, que frenó la primera acometida del Baskonia (63-69) con un gran Kalinoski (63-79). Fueron diez puntos en un suspiro que dejaron tocado al equipo vasco, pero el Unicaja cometió el error de relajarse. Cabarrot lideró la reacción de un Baskonia que atacaba al Unicaja con sus mismas armas, ejecutando cada posesión a toda velocidad.

Como al principio del partido, el equipo malagueño sufría en los duelos individuales y tanto Cabarrot como Baldwin hacían mucho daño hasta empatar el encuentro a falta de 1:22 (83-83). El último minuto y medio fue una locura, con un intercambio de triples en el que sobrevivió el Unicaja, a pesar de que el Baskonia tuvo un último lanzamiento para llevarse el triunfo.