Barra libre para los pívots rivales de Unicaja

El martes se vio otra muestra más en Francia (en la derrota por 80-74 en Nanterre), quizás la más lapidaria del curso: Alpha Kaba (2,08 metros) se fue a los 21 puntos, 15 rebotes (ocho de ellos de ataque) y 33 de valoración. Estuvo muy por encima de los 15 puntos y 10 rebotes del primer partido, en el Carpena, y de sus promedios (10,8 puntos y 8,9 capturas en la Eurocup).

Quizás el otro ejemplo más claro se sufrió en la derrota en la prórroga ante el Coosur Real Betis (111-114) en el Carpena, con los 25 puntos, diez rebotes y 32 de valoración de Ndoye, que disfrutó de quince tiros libres. A eso hubo que sumarles diez rebotes del australiano Nick Kay, cinco de ellos ofensivos.

No han sido los únicos que han disparado sus estadísticas cuando se han medido al Unicaja. Recientemente, en el 85-89 ante el Valencia un ala-pívot, Tobey, se fue a los 23 puntos y 34 de valoración, con 4/5 en triples y, en la derrota en la prórroga en Burgos (95-83), Kravic anotó 20 puntos, con seis rebotes y 18 puntos de valoración.

Ni los exjugadores del Unicaja tienen piedad. Al contrario, con una motivación especial, suelen elevar sus prestaciones. Se vio con Mathias Lessort, con 20 puntos, nueve rebotes y 32 de valoración en la paliza sufrida en Mónaco (90-71), o con los 22 puntos de Shermadini (con siete rebotes y 32 de valoración) en el 79-86 contra el Iberostar Tenerife.

Así las cosas, la expectación está puesta en la batería de jugadores altos del Urbas Fuenlabrada, sin ser ni mucho menos uno de los puntos fuertes de esta plantilla, pero todos los rivales se aprovechan de la debilidad cajista forzando duelos individuales por dentro. Aunque en el 84-90 del pasado 22 de diciembre quien se puso las botas fue un exterior, Melo Trimble (27 puntos y 34 de valoración), el mejor anotador de la Liga Endesa (promedia 18,2 puntos por encuentro), ya brillaron Kyle Alexander, con diez rebotes y 22 puntos de valoración y aleros poderosos como el excajista Eyenga o el brasileño Meindl, que cargaron bien el rebote ofensivo.

Frente a la palmaria debilidad interior, Fotis Katsikaris no ha tardado mucho en tomar una decisión al margen de la edad y la ficha de cada jugador. Yannick Nzosa ha sido ya en los dos últimos encuentros el primero en la rotación por dentro, aunque sólo en la derrota ante el Valencia (85-89) partiera en el quinteto titular. Entonces disputó 22:08 minutos, frente a los 16:30 de Abromaitis, 15:27 de Suárez y 15:07 de Guerrero. Posteriormente, ante el Nanterre, subió ligeramente su presencia, a 22:49 minutos, por 19:53 de Thompson y 18.40 de Abromaitis. Quizás fue uno de los mejores partidos del congoleño, aunque al final acabara sucumbiendo ante Kaba y a un rebote clave en los instantes finales para que el cuadro galo cerrara la victoria.

La crisis deportiva es tan grave que un jugador de 17 años que no entraba en los planificación inicial de la plantilla más que para completar los entrenamientos y continuar su formación, es el pívot de referencia. Frente a él el club intenta forzar la salida de Gerun, con el que no cuenta, Guerrero no ha terminado de dar un paso adelante respecto al pasado curso, y Thompson ofrece excesiva irregularidad. A Suárez lo han lastrado las lesiones, y Abromaitis, brillante a veces en el tiro exterior, ha de mejorar su aportación reboteadora y defensiva.