Marie-Caroline Laurent: «Málaga como destino de cruceros me parece que es una opción excepcional»

-¿En qué situación se encuentra la industria de cruceros?

-El sector se está recuperando a paso firme, está trabajando intensamente para recuperar el volumen de huéspedes previo a la pandemia y continúa evolucionando para ofrecer una experiencia memorable a sus clientes. De forma paralela, está concentrado en abordar los retos presentes en el corto y medio plazo y absolutamente volcado en la sostenibilidad, entendida desde el punto de vista de su compromiso con las comunidades y el medioambiente.

-Se puede decir que levanta cabeza tras la parálisis de los dos años de la pandemia...

-Es sobradamente conocido que la industria del turismo fue una de las actividades que más se resintió durante la pandemia; y, en nuestro caso, aún más si cabe. Pero, si algo ha demostrado el sector de los cruceros ha sido su resiliencia y su capacidad para adaptarse rápidamente. Hoy, más de dos años después del comienzo de la pandemia, el 100 % de la flota ya está prácticamente en servicio y avanzamos progresivamente hacia la recuperación total.

-¿Qué ha cambiado en la forma de viajar en crucero?

-Actualmente, existe una gran variedad de propuestas. Esta diversidad no solo está unida a la variable precio. Los cruceros temáticos han proliferado. Hay opciones enfocadas más a familias y otras solo para adultos o navieras que ofrecen itinerarios más clásicos y otras que permiten descubrir rincones recónditos. Igualmente, hemos asistido a una progresiva personalización de la experiencia para que cada cliente encuentre aquello que está buscando y que mejor se adapte a sus deseos.

-¿Cómo encara este sector las exigencias en sostenibilidad?

-Estamos ante un sector pionero que está a la vanguardia en el uso y puesta en marcha de tecnologías medioambientales. Este compromiso no es nuevo, forma parte de nuestro ADN. Las navieras llevan muchos años destinando importantes cantidades de recursos económicos y humanos al I+D+i con un claro objetivo: reducir su huella medioambiental tanto cuando la flota está navegando como atracada, así como de las operaciones de hotel, donde se aplican los principios de la economía circular. Apoyamos los objetivos fijados por el Pacto Verde Europeo, articulado a través del paquete legislativo Fit For 55. La descarbonización de la industria es una prioridad y nos hemos comprometido a perseguir llegar a cero emisiones netas de carbono para 2050.

-¿Y cómo llegar a este fin?

-Alcanzar esta meta, exige dedicar grandes esfuerzos al desarrollo y equipamiento de los barcos con sistemas que permitan el uso de nuevos combustibles, pero también requiere un esfuerzo en dos direcciones, que incluye a los gobiernos y responsables políticos. Es necesario un marco legislativo claro y estímulos que permitan la investigación, el desarrollo y el suministro a escala de combustibles más limpios. Igualmente, deben garantizar el desarrollo adecuado de las infraestructuras portuarias. Un ejemplo quizás ayude a ilustrar este punto: la industria continúa realizando importantes inversiones para equipar sus barcos con sistemas de conexión a tierra, permitiendo el apagado de los motores y eliminando las emisiones de carbono. Este año, el 40 % de la capacidad global estará dotada con la tecnología necesaria para conectarse a la red eléctrica y la gran mayoría de los buques que actualmente están en cartera (hasta 2028) estarán configurados para poder conectarse a la red eléctrica. Actualmente, 29 puertos en todo el mundo, menos del 2%, cuentan con al menos un muelle donde la conexión eléctrica a tierra es posible.

-Hay numerosos barcos en construcción, ¿Qué novedades introducen para hacer de estos viajes unas vacaciones sostenibles?

-La industria impulsa el desarrollo de innovadoras tecnologías en materia medioambiental, liderando la transformación del transporte marítimo. Por ejemplo, las navieras están construyendo barcos con soluciones de propulsión híbridas y realizando pruebas con las que impulsar el uso de células de combustible en un futuro. En este sentido, ya se está construyendo el primer buque que utilizará esta tecnología -que permite eliminar las emisiones cuando esté en el puerto- a gran escala. Además, es importante señalar que la introducción de una nueva clase de barcos supone una mejora en la eficiencia de entre un 20 y 25 % respecto a la clase que sustituye. Con estas iniciativas, la industria está demostrando cómo puede convertirse en una parte clave del turismo responsable.

-¿Conoce el puerto de Málaga? ¿Qué destacaría del destino?

-Por supuesto que conozco Málaga, una ciudad maravillosa y llena de vida. De hecho, la última vez que estuve fue en septiembre para acudir a Seatrade Cruise Med y al CLIA Ports&Destination Dialogue. No pude haber imaginado una acogida como la que tuvimos: una ciudad volcada con la industria, con un turismo que aporta valor y que genera riqueza, en definitiva, que fomenta un turismo de calidad. En cuanto a Málaga como destino, me parece que es una opción excepcional: cuenta con una buena conectividad, un puerto cercano a la ciudad, una rica oferta gastronómica y un amplio abanico de alternativas para disfrutar del tiempo en la ciudad y en la región, entre otras bondades.

-¿Qué expectativas barajan las navieras para Málaga?

-Como comentaba en la cuestión anterior, Málaga es un destino muy atractivo, un reclamo para turistas nacionales e internacionales, y las navieras son plenamente conscientes de ello. Tanto es así que, a pesar la paulatina recuperación de la industria, el Puerto de Málaga prevé cerrar el año con un número de escalas muy cercano al registrado en 2019. No quisiera dejar pasar por alto que fue precisamente el Puerto de Málaga el primer puerto peninsular en recibir un barco de cruceros el junio de 2021, una vez levantadas las restricciones.

-Esta industria suscita siempre polémica en los destinos. ¿Qué aportación dejan los cruceristas en las ciudades que visitan? 

-La industria es bien recibida por los destinos precisamente por su contribución. El turismo de cruceros es un turismo de calidad; contribuye a la generación de riqueza y de oportunidades, es un motor económico. Además, y por la propia naturaleza, es una actividad muy transversal, dinamizando sectores muy diversos: restauración, transporte, ocio o comercio. Varios indicadores ayudan a comprender su magnitud. Sólo en España, se estima que la industria generó más de 50.000 puestos de trabajo y su facturación ascendió a 6.000 millones de euros en 2019. Además, por cada 24 cruceristas, se crea el equivalente a un puesto de trabajo a jornada completa y, como media, cada huésped gasta alrededor de 660 euros en los destinos que visita en el transcurso de un crucero de siete días. Igualmente, se estima que seis de cada diez personas vuelven a uno de los destinos descubiertos por primera vez durante su viaje en crucero con el consiguiendo impacto económico.