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Rondaban los años setenta y la Costa del Sol estaba de moda en el mapa turístico internacional. Era el 'boom' del turismo, un sector al ... que todo el mundo quería sacarle partido. Comenzaban a proliferar hoteles junto al mar. Un grupo constructor de italianos y suizos encargó a un compatriota de Italia que residía en Málaga y que estaba vinculado con el sector de la construcción, Federico De Lucchi, que buscara un terreno en Torremolinos para construir un hotel. Dicho y hecho. En junio de 1975 abría sus puertas el hotel La Barracuda, un nombre en consonancia con su ya famoso vecino el emblemático Pez Espada y con la tendencia de la época a bautizar a los establecimientos hoteleros con tipos de especies marinas como el afamado Tritón o el Nautilus.
La Barracuda nació con diez plantas y 232 habitaciones tipo apartamento, con un innovador sistemas de camas abatibles, con la pretensión de proceder en su momento a la venta con una división horizontal. Si bien, desde el principio fue gestionado como un hotel de tres estrellas. Un establecimiento al frente del que, salvo unos pocos años tras su inauguración, ha estado a lo largo de su historia la saga familiar De Lucchi. Concretamente Federico De Lucchi lo estuvo desde el momento en que buscó los terrenos, para tomar las riendas del negocio, en manos de una comunidad de propietarios, cuando en los años 90 y junto a su hermano compró el 80% de la sociedad mayoritaria.
Este arraigo familiar se mantiene en este medio siglo de vida. Ahora es la segunda generación de De Lucchi quien dirige La Barracuda. Silvia De Lucchi es la directora del hotel y su hermano Salvador es el gerente, así como el resto de familia también dirige otras de las grandes áreas de un alojamiento así. Ambos son los encargados de contar la historia, repleta de anécdotas, de estos 50 años.
Silvia está vinculada a este establecimiento desde bien pequeña. Recuerda aquella barbacoa a la que siguió la fiesta con música y baile con la que se celebró la apertura de este hotel cuando ella era una niña. Rememora los peores y los mejores momentos, señalando a la pandemia como una etapa «bestial», que también han superado. Y destaca como uno de los pilares del éxito la importancia de contar con una plantilla de cien trabajadores «que sienten el hotel como algo suyo. Tenemos un personal que trabaja muy a gusto porque se nota ese espíritu familiar».
En el establecimiento, que llevó a cabo una renovación general el pasado 2022, no han dejado de trabajar para adaptarlo a las nuevas demandas de un perfil de cliente que ha cambiado completamente en este medio siglo de vida. Desde unos inicios marcados por la touroperación y con una mayoritaria afluencia de nórdicos, al momento actual en el que de nuevo constatan un nuevo cliente en el que las familias y los jubilados europeos comienzan a dejar paso a parejas de jóvenes y viajeros con una menor edad media. Lo único que aseguran ambos que no ha cambiado es el tener unos clientes «muy fieles. Algunos llevan cuarenta años viniendo cada temporada y asegurando que no pueden pasar sin cargarse de energía en La Barracuda», cuenta Silvia, aportando con detalle las familias que repiten y que ahora viene ya hasta una tercera generación. Los conocen por sus nombres y narran todas las circunstancias familiares de estos turistas fijos durante décadas. Son parte de la familia de La Barracuda.
Tras la renovación de las instalaciones, la ampliación de las zona de la piscina en pleno Covid cogiendo parte de la cancha de tenis, Salvador De Lucchi señala la nueva terraza con unas vistas panorámicas a todo el litoral malagueño y a sierras como la Maroma como uno de los grandes revulsivos y proyectos estrella de la andadura que tienen en marcha para conseguir que el hotel suba de categoría para convertirse en un cuatro estrellas tras el cambio de la normativa andaluza. «Estamos centrados en actuaciones como las de contar con junior suites y con todos los servicios con los que ganan puntos con la nueva ley para lucir una estrella más», afirma Silvia convencida de que ese momento llegará.
Mientras tanto, lo que sí tiene fecha es el evento con el que van a celebrar los 50 años y al que tienen previsto que asistan unos 200 invitados. Será el próximo día 12 con un cóctel en la terraza al que seguirá una actuación de Javier Ojeda para animar un tardeo que pasará a formar parte de la historia de un hotel que también cuenta con clientes famosos. Destacan la historia del que está considerado el mejor escritor en lengua alemana ,Thomas Bernhard, aunque era austriaco, que pasaba temporadas en La Barracuda, siempre en la misma habitación, y que tras ser conocedor de padecer una grave enfermedad quiso pasar en este establecimiento los últimos meses de vida antes de fallecer en la ciudad austriaca de Gmuden.
Otro icono de La Barracuda es el festival que reúne cada año en febrero en Torremolinos a los amantes del rockabilly. Este establecimiento es desde hace 31 años sede de un evento que transforma la localidad en un lugar de inmersión total en la época dorada del rockabilly. Silvia avanza con entusiasmo que ya está confirmada para 2026 la actuación de Los Lobos y su famosa La Bamba. Y mientras llega esta cita, los De Lucchi adelantan que esperan un «muy buen verano» con expectativas de llenar el 95% de las habitaciones. Un buen regalo de cumpleaños.
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