Málaga debe mirar a Silicon Valley, no a Bangalore
La euforia desatada por la llegada de Google, Vodafone y demás multinacionales no puede hacer olvidar lo importante: Málaga debe fortalecer su ecosistema de 'startups'
Partamos de la base de que estamos todos muy contentos de que vengan a Málaga Vodafone, Google, Globant y cuantas más multinacionales tecnológicas, mejor. Que ... nadie vaya a pensar que en esta reflexión subyace el más mínimo rechazo hacia la llegada de capital extranjero; sobre todo, cuando viene a generar empleo cualificado. Pero la lógica euforia que ha desatado la elección de la ciudad por parte de estas grandes compañías no debería hacernos caer en un error de enfoque: el de creer que a partir de ahora hay que centrar todos los esfuerzos en seguir atrayendo a este tipo de empresas con facilidades, incentivos, acciones promocionales y demás artillería clásica. Que sí, que hay que ponerles alfombra roja; pero donde la ciudad debe priorizar sus esfuerzos es en fortalecer su ecosistema local de 'startups' y empresas tecnológicas. Es un camino arduo, complejo y que puede no reportar resultados llamativos a corto plazo, pero es el único posible si Málaga quiere de verdad entrar en primera división de la liga tecnológica.
«¿Qué queremos? ¿Ser Silicon Valley o Bangalore?» Quien lanza la pregunta es Mario García, el que fuera consejero delegado y accionista principal de Sequel, una firma tecnológica con sedes en Londres y Málaga vendida en 2017 a la multinacional Verisk Analytics por 270 millones de euros. García tenía claro que quería volver a emprender y que quería hacerlo desde su ciudad. Y como flamante nuevo miembro de la comunidad 'startup' malagueña (su proyecto se llama Foreworth, recuerden el nombre), opina que la ciudad debe «intentar que haya un balance más equilibrado entre las grandes multinacionales que vienen y las empresas locales». «Si sólo le damos importancia a que vengan grandes consultoras y nos monten centros de desarrollo de 'software', quizá estemos queriendo construir un Silicon Valley pero nos va a salir un Bangalore o un Karachi», añade.
Un análisis de brocha gorda del sector tecnológico puede hacer parecer lo mismo una factoría de 'software' que un centro de I+D o que la sede central de una empresa tecnológica. Incluso puede que 'venda' más el primero porque crea más puestos de trabajo. De hecho, cuando los políticos salen a valorar la llegada de alguna de estas empresas, lo suelen hacer 'al peso': hablan de decenas o cientos de trabajadores y aliñan el discurso con palabras de moda como 'tecnologías disruptivas', 'inteligencia artificial' o mi favorita, 'blockchain'. Y chimpún. Huele a kilómetros que no tienen ni idea de lo que están hablando
Y ojo, que no es que tener grandes centros de desarrollo de 'software' no sea deseable: generan mucho empleo de calidad aceptable y eso, en una provincia con unas tasas de paro y precariedad laboral como las nuestras, no debe despreciarse; al revés, hay que fomentarlo.
Además, hay que admitir que los sueldos de los trabajadores rasos de estas fábricas de 'software' han mejorado respecto a hace una década; por entonces Málaga sí podía ser considerada un Bangalore español, pues había empresas que se instalaban aquí con el único incentivo de los bajos costes laborales. Desde aquella época pervive ese tópico de los ingenieros mileuristas del PTA que a día de hoy ya no es real. La ley de la oferta y la demanda ha obligado a esas compañías y a las nuevas que han ido llegando a subir salarios.
Dando esto por bueno, hay que aspirar a más: a hacer de Málaga un foco de centros de decisión y de innovación. Ahora tenemos esa oportunidad. El laboratorio de excelencia en ciberseguridad que va a montar Google es un buen ejemplo. Y no está de más recordar cuál fue su génesis: una 'startup' malagueña que se convierte en líder en su campo, Virustotal, y es comprada por la multinacional hace ya casi una década. Seamos sinceros: Google nunca habría puesto sus ojos en Málaga de no ser porque Bernardo Quintero la obligó.
Y volvemos a lo mismo: las 'startups', los emprendedores, el talento. Reflexionemos sobre lo que dice el propio Quintero sobre el 'hype' generado por Google: «Nos falta mucho, debemos huir de triunfalismos porque estamos lejos de tener un ecosistema robusto. Nos faltan más 'startups' con vocación global que recojan el relevo de Freepik, Besoccer, Uptodown o la propia Virustotal. En realidad nosotros representamos las excepciones que nacieron en un entorno no ideal, a pulmón, sin ningún tipo de capital riesgo. Pero esto no es lo óptimo si queremos escalar, no podemos depender de excepciones. Hoy sigue siendo más fácil conseguir inversión en el eje Barcelona-Madrid, así que tenemos que fomentar el nacimiento de más 'startups' y despertar el interés de los inversores».
Se están dando pasos. Ya hay un fondo de capital riesgo con sede en Málaga: el que dirige Álvaro Villacorta, dotado nada menos que con 50 millones de euros. Otros emprendedores malagueños que han tenido éxito, como el cofundador de Tuenti, Félix Ruiz, también le están dando vueltas a iniciativas de este tipo. En la dinamización de 'startups' hay que resaltar el gran trabajo que están haciendo La Farola, Demium (de nuevo, Villacorta), el Polo Digital o la Universidad. Y lo más importante: hay una nueva generación 'millennial' de emprendedores que empieza a dar alegrías (échenle un vistazo a la red Biznaga Valley). Mimémosles, démosles facilidades (que no subvenciones) y visibilidad para que cunda el ejemplo y haya más vocaciones tecnológicas y emprendedoras. Como dice Ezequiel Navarro, el CEO de otra empresa malagueña de éxito internacional, Premo, no esperemos a que vengan de fuera a solucionarnos la vida.
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