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Uno de los músculos artificiales. MIT
Crean músculos artificiales que permiten a los robots levantar hasta 1.000 veces su peso

Crean músculos artificiales que permiten a los robots levantar hasta 1.000 veces su peso

«Es como dar superpoderes a estos robots», ha comentado Daniela Rus, coautora del hallazgo, después de construir estos músculos inspirados en el origami

EUROPA PRESS

Madrid

Martes, 28 de noviembre 2017, 17:22

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Científicos de la Universidad de Harvard y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en inglés) han creado músculos artificiales inspirados en el origami y que dotan de fuerza a los robots blandos, permitiéndoles levantar objetos que son hasta 1.000 veces su peso.

Este avance, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, se basa exclusivamente en la aplicación de aire o agua a presión en los músculos artificiales, llamados simplemente actuadores.

"Estábamos muy sorprendidos de lo fuertes que eran estos músculos. Esperábamos que tuvieran un peso funcional máximo más alto que los robots blandos comunes, pero no esperábamos un aumento de 1.000 veces. Es como dar superpoderes a estos robots", ha dicho Daniela Rus, coautora del estudio y profesora de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación en el MIT.

"Los actuadores artificiales similares a músculos son uno de los grandes desafíos más importantes en toda la ingeniería", ha comentado Rob Wood, profesor de Ingeniería y Ciencias Aplicadas en la Escuela John A. Paulson de Harvard (SEAS). "Ahora que hemos creado actuadores con propiedades similares a las del músculo natural, podemos imaginarnos construyendo casi cualquier robot para casi cualquier tarea", ha añadido.

Cada músculo artificial consiste en un 'esqueleto' interior que puede estar hecho de diversos materiales, como una bobina de metal o una lámina de plástico plegada en un patrón determinado, rodeada de aire o fluido y sellada dentro de una bolsa de plástico o textil que sirve como la piel.

La piel colapsa

Un vacío aplicado al interior de la bolsa inicia el movimiento del músculo haciendo que la piel colapse en el 'esqueleto', creando tensión que impulsa el movimiento. Increíblemente, no se requiere ninguna otra fuente de poder o entrada humana para dirigir el movimiento del músculo; está completamente determinado por la forma y la composición del esqueleto.

"Uno de los aspectos clave de estos músculos es que son programables, en el sentido de que el diseño de cómo se pliega el esqueleto define cómo se mueve toda la estructura. Obtiene ese movimiento de forma propia, sin necesidad de un sistema de control", ha indicado Shuguang Li, coautor del hallazgo.

Este enfoque permite que los músculos sean muy compactos y simples, y por lo tanto más apropiados para sistemas móviles o montados en el cuerpo que no pueden acomodar maquinaria grande o pesada. "Al crear robots, uno siempre tiene que preguntar: '¿Dónde está la inteligencia? ¿Está en el cuerpo o en el cerebro?", ha reflexionado Rus.

"Incorporar inteligencia en el cuerpo (a través de patrones de plegado específicos, en el caso de nuestros actuadores) tiene el potencial de simplificar los algoritmos necesarios para que el robot logre su objetivo. Todos estos actuadores tienen el mismo interruptor de encendido/apagado simple, que su los cuerpos se traducen en una amplia gama de movimientos", ha sentenciado Rus.

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